Creemos en el Señor y difundimos el evangelio como el Señor lo requiere.

 

 Pregunta 3: Creemos en el Señor y difundimos el evangelio como el Señor lo requiere. Con frecuencia prestamos ayuda financiera a áreas desfavorecidas o para ayudar a los discapacitados, donamos dinero y artículos a la iglesia, hacemos un buen trabajo en nuestros empleos y con la educación de nuestros hijos y nos comportamos bien. De esta manera, hemos glorificado al Señor y hemos sido aprobados por Él y, cuando el Señor regrese, seremos arrebatados en el reino de los cielos. ¿Por qué entonces también tenemos que experimentar la obra de juicio de Dios en los últimos días?

 

Versículos bíblicos como referencia:

 

No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Jamás os conocí; apartaos de mi, los que practicais la iniquidad (Mateo 7:21-23).

 

Palabras relevantes de Dios:

 

Aunque Jesús hizo mucha obra entre los hombres, sólo completó la redención de toda la humanidad, se convirtió en la ofrenda por el pecado del hombre, pero no lo libró de su carácter corrupto. Salvar al hombre totalmente de la influencia de Satanás no sólo requirió a Jesús cargar con los pecados del hombre como la ofrenda por el pecado, sino también que Dios realizara una obra mayor para librar completamente al hombre de su carácter, que ha sido corrompido por Satanás. Y así, después de que los pecados del hombre fueron perdonados, Dios volvió a la carne para guiar al hombre a la nueva era, y comenzó la obra de castigo y juicio, que llevó al hombre a una esfera más elevada. Todos los que se someten bajo Su dominio disfrutarán una verdad más elevada y recibirán mayores bendiciones. Vivirán realmente en la luz, y obtendrán la verdad, el camino y la vida.

 

de ‘Prefacio’ en “La Palabra manifestada en carne

 

A través de la ofrenda por el pecado, estos se le han perdonado al hombre, porque la obra de la crucifixión ya ha llegado a su fin y Dios ha vencido a Satanás. Pero el carácter corrupto del hombre sigue en él y este todavía puede pecar y resistir a Dios; Dios no ha ganado a la humanidad. Esa es la razón por la que en esta etapa de la obra Dios usa la palabra para revelar el carácter corrupto del hombre y pide a este que practique de acuerdo con el camino adecuado. Esta etapa es más significativa que la anterior y también más fructífera, porque, ahora, la palabra es la que provee directamente la vida del hombre, y permite que su carácter sea completamente renovado; es una etapa de obra más concienzuda […]..

 

de ‘El misterio de la encarnación (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”

 

Por medio de esta obra de juicio y castigo, el hombre llegará a conocer plenamente la esencia inmunda y corrupta de su interior, y podrá cambiar completamente y ser limpio. Sólo de esta forma puede ser el hombre digno de regresar delante del trono de Dios. Toda la obra realizada este día es con el fin de que el hombre pueda ser limpiado y cambiado; por medio del juicio y el castigo por la palabra, así como del refinamiento, el hombre puede desechar su corrupción y ser hecho puro. En lugar de considerar que esta etapa de la obra es la de la salvación, sería más apropiado decir que es la obra de purificación. En verdad, esta etapa es la de conquista así como la segunda etapa de la salvación.

 

de ‘El misterio de la encarnación (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”

 

El resultado de la obra de juicio es que el hombre comprenda el verdadero rostro de Dios y la verdad de su rebeldía. La obra de juicio le permite al hombre entender mucho de la voluntad de Dios, del propósito de la obra de Dios y de los misterios que el hombre no puede entender. También le permite al hombre reconocer y conocer su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, así como descubrir la fealdad del hombre. Todos estos efectos los produce la obra del juicio, porque la esencia de esa obra es, de hecho, la obra de inaugurar la verdad, el camino y la vida de Dios para todos los que tienen fe en Él. Esta obra es la obra de juicio que Dios hace.

 

de ‘Cristo realiza la obra de juicio con la verdad’ en “La Palabra manifestada en carne”

 

La fe en Dios no significa que Él te exija ser una buena persona, ser alguien de buen comportamiento, que se rige por la ley, o alguien incapaz de pensar por sí mismo o de usar su propio cerebro. Las personas solían pensar que los cambios en el carácter procedentes de la creencia en Dios significaban ser una persona decente, tener alguna semejanza humana externa, una buena educación y ser paciente o parecer piadoso, cariñoso, dispuesto a ayudar a los demás y caritativo. En pocas palabras, significaba ser la clase de buena persona que existía en sus conceptos y en su imaginación. Esto es similar a cómo existen personas en el mundo que afirman: “Si eres rico, deberías dar a los pobres o los mendigos”. Se podría decir que estas clases de ideas existen en todos y cada uno de los conceptos de las personas; todas tienen estas clases de cosas, y es un tipo de veneno. Para las personas que creyeron en Dios antes, no hubo nadie que explicara este tipo de asunto con claridad, y todas estaban poco familiarizadas con las cuestiones de creer en Dios. Esto no quiere decir que las personas puedan entender estas cosas justo después de nacer ni tampoco que las puedan comprender tras unos años de creer en el cristianismo. Esto se debe a que antes, Dios mismo no lo había explicado del todo ni había llevado a cabo ninguna obra en este aspecto. Así, muchas personas creían que la creencia en Dios no era más que unos pocos cambios de conducta, de pensamiento, y en los propios actos externos; hasta las había que creían que la fe en Dios significaba sufrir muchas dificultades, no comer buenos alimentos ni vestir buena ropa. […] ¿Y qué clase de persona? Alguien que no pelea con otros ni los maldice, ni dice palabrotas, que no hace cosas malas, que parece creer en Dios; algunas, además, afirman ser una persona que glorifica a Dios. Éste es el estado mental de cada persona que cree en Dios, de cada cristiano, de cada persona que creyó en el pasado, o de cada persona que acaba de empezar a creer en Dios. Cree que esto es un cambio en el carácter, que sólo esto es ser una persona a la que Dios ama de verdad, que sólo puede ir al cielo de esta forma, y que sólo así será capaz de tener un destino favorable. […] Algunos que acaban de venir de la religión, en particular, tienen que llevar a cabo por completo la transferencia de la ceremonia y el pensamiento religiosos, así como los puntos de vista en su mentalidad y su perspectiva hacia la creencia en Dios; siguen intentando ser espirituales, piadosos y pacientes, ser alguien naturalmente decente, que ama hacer el bien y dar a otros. ¡Esto es totalmente incorrecto! Si buscas ser una persona así, Dios nunca te alabará, y nunca tendrás un cambio en el carácter […].

 

de ‘Qué son los cambios en el carácter y la senda que lleva a ellos’ en “Registros de las Pláticas de Cristo”

 

Los cambios únicamente de conducta son insostenibles. Si no hay una alteración en el carácter de las personas, tarde o temprano su lado malvado se pondrá de manifiesto. Como la fuente de los cambios en su conducta es el fervor, acompañado por alguna obra realizasa por el Espíritu Santo en ese momento, resulta extremadamente fácil para ellas ser fervientes o buenas durante un tiempo. Como afirman los incrédulos: “Hacer una buena obra es fácil, lo difícil es llevar toda una vida de buenas obras”. Las personas son incapaces de hacer buenas obras durante toda su vida. La vida dirige su conducta; tal como es su vida, así es su conducta, y sólo aquello que se revela de forma natural representa la vida y la naturaleza de una persona. Las cosas falsas no pueden perdurar. […] Comportarse bien no es lo mismo que obedecerlo, y mucho menos equivale a ser compatible con Cristo. Los cambios de conducta se basan en la doctrina y nacen del fervor; no se basan en el verdadero conocimiento de Dios ni en la verdad, y menos aún se apoyan en la dirección del Espíritu Santo. Aunque hay ocasiones en las que el Espíritu Santo dirige algo de lo que las personas hacen, esto no es la expresión de la vida; tampoco es lo mismo que conocer a Dios. Por muy buena que sea la conducta de una persona, no demuestra que ésta obedezca a Dios ni que ponga en práctica la verdad.

 

de ‘La diferencia entre los cambios externos y los cambios en el carácter’ en “Registros de las Pláticas de Cristo”

 

Los impuros no tienen permitido entrar en el reino, no pueden mancillar el suelo santo. Aunque puedas haber realizado muchas obras y hayas obrado durante muchos años, si al final sigues siendo deplorablemente inmundo, ¡es intolerable para la ley del cielo que desees entrar en Mi reino! Desde la fundación del mundo hasta hoy, nunca he ofrecido acceso fácil a Mi reino a cualquiera que se congracia conmigo. Esta es una norma celestial ¡y nadie puede quebrantarla!

 

de ‘El éxito o el fracaso dependen de la senda que el hombre camine’ en “La Palabra manifestada en carne”

 

En los últimos días, la obra del juicio y la purificación de Dios es el juicio del gran trono blanco predicho por Apocalipsis. Se ha cumplido la profecía: “Porque es tiempo de que el juicio comience de la casa de Dios” (1 Pedro 4:17). Bienvenido a comunicarse y discutir con nosotros por el siguiente enlace, háganos conocer la obra de Dios juntos y seguir las huellas de Dios.