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Reflexion sobre la fe - Aún faltas algo crucial para entrar en el reino de los cielo
Muchos herman@s nos escribieron para estar de acuerdo con esto, pero también se preguntaron: ¿por qué no somos capaces de salir de los grilletes del pecado a pesar de que hemos sido redimidos por el Señor Jesús? ¿Cómo podemos escapar de la atadura del pecado para entrar en el reino de los cielos? Para entender estas preguntas, primero debemos saber el hecho de que aunque hemos aceptado la redención del Señor Jesús y ya no hemos sido condenados por la ley, aunque podemos ser perdonados si oramos y confesamos nuestros pecados ante el Señor, la naturaleza pecaminosa está arraigada profundamente en nosotros y a menudo cometemos el pecado y nos resistimos a Dios involuntariamente. Tal como dicen las palabras de Dios: “Por todo lo que el hombre pueda haber sido redimido y perdonado de sus pecados, sólo puede considerarse que Dios no recuerda sus transgresiones y no lo trata de acuerdo con estas. Sin embargo, cuando el hombre, que vive en un cuerpo de carne, no ha sido liberado del pecado, sólo puede continuar pecando, revelando, interminablemente, su carácter satánico corrupto. Esta es la vida que el hombre lleva, un ciclo sin fin de pecado y perdón. La mayor parte de la humanidad peca durante el día y se confiesa por la noche. Así, aunque la ofrenda por el pecado siempre sea efectiva para el hombre, no podrá salvarlo del pecado. Sólo se ha completado la mitad de la obra de salvación, porque el hombre sigue teniendo un carácter corrupto”.
Extracto de “La Palabra manifestada en carne”
Es evidente que tenemos que experimentar una etapa de obra de juicio y purificación de Dios si queremos lograr la purificación y entrar en el reino de los cielos. Entonces, ¿cómo llevará Dios a cabo la obra de salvar al hombre cuando vuelva en los últimos días? El Señor Jesús profetizó: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). “Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no lo juzgo; porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final” (Juan 12:47-48). De aquí, podemos ver que el Señor vendrá a realizar dicha obra a través de expresar Sus palabras. Solo buscando y aceptando la obra de juicio de la Palabra del Señor en los últimos días, podremos eliminar completamente nuestra naturaleza pecaminosa, despojarnos de la esclavitud del pecado, ser salvados y entrar en Su reino.
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