Descubrí la fe en el Señor en 2012. Solía oír al pastor en las reuniones, que decía: “La Biblia dice: ‘Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo’ (Hechos 1:11). ‘Y entonces verán al Hijo del Hombre que viene en una nube con poder y gran gloria’ (Lucas 21:27). El Señor Jesús subió al cielo sobre una nube en Su cuerpo espiritual, por lo que es seguro que regresará de la misma manera y se presentará ante nosotros sobre una nube. Ya se han cumplido muchas profecías bíblicas, el Señor volverá pronto. Debemos creer que volverá sobre una nube. Si nos dicen que el Señor se ha encarnado, es mentira y no debemos creerlo. De lo contrario, nos engañarán y perderemos nuestra oportunidad de entrar en el cielo”. Nunca olvidé las palabras de nuestro pastor. Más adelante, serví en la iglesia. Me recordaba a mí misma que debía ser una buena sierva y cuidar del rebaño del Señor.
Un día en junio de 2018, fui con otras dos hermanas a leer la Biblia en casa de la hermana Li. Su sobrina, la hermana Jin, también estaba allí. Nos sumergimos en la Escritura todas juntas. La hermana Jin habló sobre estas profecías del retorno del Señor: “Porque ni aun el Padre juzga a nadie, sino que todo juicio se lo ha confiado al Hijo” (Juan 5:22). “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios” (1 Pedro 4:17). Dijo que el Señor hará la obra del juicio cuando regrese. Separará el grano de la paja, a las ovejas de las cabras, a los sirvientes buenos de los malos mediante la obra del juicio. La enseñanza de la hermana Jin fue novedosa e ilustrativa, la disfruté y aprendí mucho. Cuando ya nos estábamos yendo, la hermana Jin dijo: “El Señor Jesús ya ha regresado. Él es Dios Todopoderoso, Cristo de los últimos días. Dios se ha hecho carne y ha venido a la tierra para expresar la verdad y hacer la obra del juicio, empezando por la casa de Dios...”. En cuando dijo eso, se me borró la sonrisa de la cara. ¿Que el Señor Jesús ha vuelto y está obrando en la carne? ¿Cómo puede ser verdad? El pastor siempre decía que el Señor volvería en Su forma espiritual y que las noticias de Su encarnación eran falsas. Entonces me puse a la defensiva con la hermana Jin. No quería oír nada más. Cuando nos íbamos, me dio un ejemplar de El rollo abierto por el Cordero y me insistió en que lo leyese atentamente. Acepté el libro solo para guardar las apariencias.
Cuando llegué a casa, leí unas páginas, solo por curiosidad. Aquellas palabras parecían tener mucha autoridad y poder, pero dejé de leer cuando recordé las palabras del pastor. Al día siguiente, dos hermanas me invitaron a oír la enseñanza de la hermana Jin, así que les confesé mi inquietud. Me respondieron que la venida del Señor era un acontecimiento importante y que, dado que su enseñanza había sido muy reveladora, deberíamos seguir investigando. Dijeron que esa era la única forma de determinar si el Señor había regresado de verdad. Lo que decían me pareció razonable, así que volví a casa de la hermana Li.
Cuando vi a la hermana Jin, le pregunté: “Dices que el Señor Jesús se ha hecho carne y ha regresado. ¿Cómo lo sabes? ¿Has visto a Dios?”. Ella sonrió y respondió: “El Señor Jesús dijo: ‘Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen’ (Juan 10:27). ‘He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo’ (Apocalipsis 3:20)”. “Estas profecías dicen claramente que el Señor regresará en los últimos días y pronunciará palabras. Las ovejas del Señor oirán Su voz y acudirán ante Él”. “Para recibir al Señor, no podemos confiar solo en lo que vemos. Tenemos que escuchar la voz del Señor para reconocerlo y recibirlo”. “Oír la voz de Dios es reconocer Su aparición. Cuando Job oyó a Jehová Dios hablando desde la tormenta, le dijo ‘He sabido de ti solo de oídas, pero ahora mis ojos te ven’ (Job 42:5). Job dijo que lo había visto, pero ¿podía ver a Jehová Dios con los ojos?”. “Solo oyó la voz de Jehová desde la tormenta y supo en su corazón que se trataba de Dios. Era como ver a Dios. Y cuando el Señor Jesús vino a hacer Su obra, Pedro, Natanael, la mujer samaritana y otros pudieron reconocer la voz de Dios en las palabras del Señor y supieron con seguridad que Él era el Mesías. Entonces empezaron a seguir al Señor. Si no escuchamos la voz de Dios, aunque pudiésemos verlo, aunque estuviésemos delante de Él, no lo reconoceríamos. Igual que los fariseos que vieron al Señor Jesús. No lo reconocieron como Mesías, sino que se resistieron y lo condenaron. Por eso no podemos confiar en nuestros ojos para reconocer al Señor. La clave es oír la voz de Dios y reconocerla en el corazón”. “Aceptamos la obra de Dios en los últimos días al leer la palabra de Dios Todopoderoso y al ver que dice la verdad, que es la voz de Dios. Entonces sabemos en nuestro corazón que el Señor Jesús ha regresado”. Lo que decía tenía mucho sentido. Pero, cuando recordaba las palabras del pastor, no podía creer que el Señor había vuelto en la carne y dije: “Voy a tener que estudiarlo”. Aquella noche di muchas vueltas, no conseguía dormir. Solo podía pensar en las palabras de la hermana Jin y me dije: “Su enseñanza contenía luz. Nunca antes había oído una enseñanza tan maravillosa. ¿Y si Dios Todopoderoso fuese de verdad el Señor Jesús retornado? Si me niego a investigarlo, ¿no me perderé la venida del Señor? Pero el pastor nos ha dicho claramente que el Señor regresará con Su cuerpo espiritual, no en la carne. Si tomo el mal camino, podría arrastrar a otros a su perdición”. En ese momento, me arrodillé para orar al Señor: “Señor Jesús, estoy totalmente perdida en este momento. No sé si Dios Todopoderoso es en realidad Tu retorno. Por favor, ilumíname y dame discernimiento para no abandonar Tu camino”.
Al día siguiente me encontré con el hermano Wang, que era creyente desde muchos años antes y conocía bien la Biblia. Era un investigador devoto. Le hablé sobre la vuelta del Señor. Al oírlo, el hermano Wang dijo: “Estamos en el momento crucial del retorno del Señor. Si oímos a alguien que dice que el Señor ha regresado, debemos mantener la mente abierta. No podemos juzgarlo a la ligera. El Señor Jesús dijo: ‘Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos’ (Mateo 5:3). Romanos 10:17 dice: ‘Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo’”. “Solo la búsqueda y la investigación nos permiten saber si Dios Todopoderoso es el Señor que ha vuelto. Si es verdad que el Señor ha regresado y no lo creemos, ¿no perderemos la oportunidad de ser arrebatados?”. Vi que lo que el hermano Wang decía tenía sentido, que debíamos tomarnos la venida del Señor con respeto por Dios, y no juzgar ciegamente. Entonces decidí investigar la Iglesia de Dios Todopoderoso.
Unos días más tarde, el hermano Wang y yo fuimos a la Iglesia de Dios Todopoderoso junto a otras hermanas. Yo expresé mi preocupación: “La enseñanza de la hermana Jin estaba totalmente alineada con la Biblia y era evidente que contenía luz, pero no soy capaz de aceptar ese testimonio de que el Señor ha vuelto en la carne porque la Biblia dice: ‘Y entonces verán al Hijo del Hombre que viene en una nube con poder y gran gloria’ (Lucas 21:27). Cuando el Señor regrese, aparecerá ante nosotros con gran gloria y en Su cuerpo espiritual. ¿Cómo es posible que regrese en la carne?”.
Otro hermano compartió esta enseñanza: “Sobre la aparición del Señor en los últimos días, además de las profecías bíblicas que hablan de Su regreso público sobre una nube, hay muchas profecías que dicen que regresará en la carne como el Hijo del hombre”. Me sorprendió mucho oírlo. ¿Había profecías que hablaban de que el Señor regresaría en la carne? ¿Cómo no me había dado cuenta nunca? Entonces el hermano dijo: “Por ejemplo, ‘Vosotros también estad preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no esperéis’ (Lucas 12:40). ‘Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre’ (Mateo 24:27)”. “Y ‘Porque como el relámpago al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro extremo del cielo, así será el Hijo del Hombre en su día. Pero primero es necesario que Él padezca mucho y sea rechazado por esta generación’ (Lucas 17:24-25)”. “Esas profecías mencionan al Hijo del hombre y la venida del Hijo del hombre. La expresión “Hijo del hombre” indica que nace del hombre y que posee una humanidad normal. Si apareciese en Su cuerpo espiritual, no se llamaría Hijo del hombre. Por ejemplo, Jehová Dios era un Espíritu y no recibía el nombre de Hijo del hombre. El Señor Jesús hecho carne era el Hijo del hombre, era Cristo. Y eso es porque era el Espíritu de Dios revestido de carne. Parecía totalmente normal en Su aspecto externo, pero era completamente divino y podía hacer la obra de Dios. Así, cuando el Señor Jesús dijo ‘el Hijo del hombre vendrá’ y ‘la venida del Hijo del hombre’, se refería al regreso de Dios en la carne en los últimos días. Este versículo en particular: ‘Pero primero es necesario que Él padezca mucho y sea rechazado por esta generación’ es una profecía de lo que sucede cuando el Señor Jesús regresa. No está hablando de lo que el Señor Jesús sufrió la primera vez que se hizo carne”. “Si el Señor Jesús se presentase sobre una nube, con gran gloria y en Su cuerpo espiritual, dominaría todo el mundo. Todo el mundo se postraría ante Él, temblando. ¿Quién osaría oponerse a Él?”. “No sufriría ni sería rechazado por esta generación. Solo cuando Dios aparece y obra en la carne como Hijo del hombre, cuando parece una persona normal, la gente no sabe que es Dios y lo trata como a una persona normal. Las personas se oponen a Él basándose en sus nociones y así se cumple lo que dice la Biblia: ‘Pero primero es necesario que Él padezca mucho y sea rechazado por esta generación’. Cuando pensamos en el retorno del Señor, si nos basamos solo en uno o dos versículos y determinamos que bajará sobre una nube, es probable que nos opongamos a Dios y perdamos nuestra oportunidad de salvarnos en los últimos días”.
No pude refutar estas palabras. Esos versículos profetizaban en verdad que el Señor volvería como Hijo del hombre, hecho carne. Había leído la Biblia muchas veces. ¿Cómo no había visto eso? Bajé un poco la guardia, pero entonces pensé que, si el Señor venía en la carne, ¿cómo iba a cumplirse la profecía de que vendría sobre una nube y todo el mundo podría verlo? Entonces reprodujo un vídeo titulado El misterio de la venida del Hijo del hombre, de una película titulada El misterio de la piedad, de la Iglesia de Dios Todopoderoso. Entonces comprendí que el Señor viene de dos formas en los últimos días. Una es de forma pública, sobre una nube, y otra es en secreto. Y eso no es contradictorio. Las profecías se van cumpliendo a medida que la obra de Dios progresa. En los últimos días, Dios se hace carne y vive entre los hombres en secreto, expresando verdades y haciendo la obra de juzgar y limpiar a la humanidad. Quienes oyen la voz de Dios y aceptan Su juicio de los últimos días son las vírgenes prudentes y son llevados ante el trono de Dios. Se someten al juicio y el castigo de la palabra de Dios y quedan limpios de corrupción. Dios los convierte en vencedores antes de los desastres. Después de formar ese grupo de vencedores, la obra de Dios en secreto habrá acabado y hará que caigan los desastres para recompensar a los buenos y castigar a los malos. Entonces se aparecerá públicamente ante todos los pueblos y naciones. Quienes hayan aceptado el juicio de Dios y estén limpios, serán arrebatados a Su reino. En cambio, quienes hayan rechazado el juicio de Dios de los últimos días y se hayan opuesto y condenado a Cristo sucumbirán a los desastres, llorarán y rechinarán los dientes. Así se cumplirá la profecía: “He aquí, viene con las nubes y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra harán lamentación por Él” (Apocalipsis 1:7).
En esa película se cita un pasaje de la palabra de Dios Todopoderoso que me conmovió de verdad. Dios Todopoderoso dice: “Muchas personas pueden no preocuparse por lo que digo, pero aun así quiero decirle a cada uno de estos llamados santos que siguen a Jesús que, cuando lo veáis descendiendo del cielo sobre una nube blanca con vuestros propios ojos, esta será la aparición pública del Sol de justicia. Quizás será un momento de gran entusiasmo para ti, pero deberías saber que el momento en el que veas a Jesús descender del cielo será también el momento en el que irás al infierno a ser castigado. Ese será el momento del final del plan de gestión de Dios, y será cuando Él recompense a los buenos y castigue a los malos. Porque Su juicio habrá terminado antes de que el hombre vea señales, cuando sólo exista la expresión de la verdad. Aquellos que acepten la verdad y no busquen señales, y por tanto hayan sido purificados, habrán regresado ante el trono de Dios y entrado en el abrazo del Creador. Sólo aquellos que persisten en la creencia de que ‘El Jesús que no cabalgue sobre una nube blanca es un falso Cristo’ se verán sometidos al castigo eterno, porque sólo creen en el Jesús que exhibe señales, pero no reconocen al Jesús que proclama un juicio severo y manifiesta el camino verdadero de la vida. Y por tanto, sólo puede ser que Jesús trate con ellos cuando Él vuelva abiertamente sobre una nube blanca. […] El regreso de Jesús es una gran salvación para aquellos que son capaces de aceptar la verdad, pero para los que son incapaces de hacerlo es una señal de condenación. Debéis elegir vuestro propio camino y no blasfemar contra el Espíritu Santo ni rechazar la verdad. No debéis ser personas ignorantes y arrogantes, sino alguien que obedece la dirección del Espíritu Santo, que anhela y busca la verdad; sólo así os beneficiaréis” (‘En el momento que contemples el cuerpo espiritual de Jesús, Dios ya habrá vuelto a crear el cielo y la tierra’ en “La Palabra manifestada en carne”). Esas palabras eran como una advertencia de Dios. Si me aferraba a la idea de la nube y no aceptaba la obra de Dios en los últimos días, el momento de la llegada pública de Dios sería demasiado tarde. Entonces bajé la guardia por completo. Pero seguía sin entender por qué Dios venía en la carne para salvar a la humanidad y no en Su forma espiritual. Manifesté mi confusión.
El hermano leyó un par de pasajes de la palabra de Dios Todopoderoso. “La salvación del hombre por parte de Dios no se lleva a cabo directamente utilizando el método del Espíritu y la identidad del Espíritu, porque el hombre no puede ni tocar ni ver Su Espíritu, ni tampoco acercarse a Él. Si Él salvara al hombre en forma de Espíritu, el hombre no recibiría Su salvación. Si Dios no se hubiera vestido con la forma exterior de un hombre creado, no habría forma de que el hombre recibiera esta salvación, pues el hombre no tiene forma de acercarse a Él, igual que nadie podía acercarse a la nube de Jehová. Sólo volviéndose un ser humano creado —es decir, sólo poniendo Su palabra en el cuerpo de carne en el que está a punto de convertirse— puede obrar personalmente la palabra en todos los que le siguen. Sólo entonces puede el hombre ver y oír personalmente Su palabra, poseer Su palabra y, por estos medios, llegar a ser totalmente salvo. Si Dios no se hubiera hecho carne, nadie de carne y hueso podría recibir una salvación tan grande ni se salvaría una sola persona. Si el Espíritu de Dios obrara directamente en medio de la humanidad, la humanidad entera sería fulminada o, sin una forma de entrar en contacto con Dios, Satanás se la llevaría totalmente cautiva” (‘El misterio de la encarnación (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”). “Porque el que es juzgado es el hombre, el hombre que es de la carne y se ha corrompido, y no es el espíritu de Satanás el que es juzgado directamente, la obra de juicio no se lleva a cabo en el mundo espiritual sino entre los hombres. Nadie es más adecuado y está más calificado que Dios en la carne para hacer la obra de juzgar la corrupción de la carne del hombre. El juicio del Espíritu de Dios no lo abarcaría todo. Además, sería difícil que el hombre aceptara esta obra, porque el Espíritu no puede venir cara a cara con el hombre y, por esta razón, los efectos no serían inmediatos, mucho menos el hombre sería capaz de contemplar con mayor claridad el carácter de Dios que no se puede ofender. […] Si esta obra la hiciera el Espíritu de Dios, entonces no significaría una victoria sobre Satanás. Por naturaleza el Espíritu es más exaltado que los seres mortales y por naturaleza el Espíritu de Dios es santo y victorioso sobre la carne. Si el Espíritu hiciera esta obra, no podría juzgar toda la desobediencia del hombre y no podría revelar toda la injusticia del hombre. Porque la obra de juicio también se lleva a cabo por medio de las nociones que el hombre tiene de Dios y el hombre nunca ha tenido ninguna noción del Espíritu y así el Espíritu es incapaz de revelar mejor la injusticia del hombre, mucho menos de descubrir por completo tal injusticia. El Dios encarnado es el enemigo de todos aquellos que no lo conocen. Por medio de juzgar las nociones del hombre y su oposición a Él, descubre toda la desobediencia de la humanidad. Los efectos de Su obra en la carne son más aparentes que los de la obra del Espíritu. Y así, el juicio de toda la humanidad no lo lleva a cabo directamente el Espíritu sino que es la obra del Dios encarnado” (‘La humanidad corrupta necesita más que nadie la salvación del Dios encarnado’ en “La Palabra manifestada en carne”).
Entonces dijo, “El que Dios obre en el Espíritu o en la carne es totalmente irrelevante. Depende de las necesidades de Dios a la hora de hacer Su obra y del nivel de corrupción de los seres humanos. Dios elige el método que sea más beneficioso para Su obra y para la humanidad corrupta. Como creyentes, somos totalmente conscientes de que, aunque el Señor Jesús perdonó nuestros pecados, la raíz del pecado y nuestra naturaleza satánica siguen existiendo. Solemos demostrar un carácter satánico como la arrogancia, el egoísmo, el engaño, la avaricia... Mentimos y engañamos para nuestro propio beneficio y luchamos con los demás por dinero y prestigio. No podemos evitar pecar y resistirnos a Dios. Dios es santo. Entonces, ¿cómo va a permitir que personas indignas como nosotros contemplemos al Señor y entremos en Su reino?”. “En los últimos días, Dios encarnado expresa la verdad y hace la obra del juicio para corregir la naturaleza corrupta de la humanidad y para limpiarnos y salvarnos. Solo Dios hecho carne como Hijo del hombre, viviendo entre nosotros, podría conseguir algo así. Él expresa la verdad en cualquier momento en función de lo que necesitamos. Expone y juzga nuestro carácter corrupto y nuestra naturaleza satánica y nos comunica directamente la voluntad de Dios. Eso incluye saber a quién ama Dios y a quién detesta, cómo ser una persona honesta, cómo amar y obedecer a Dios, etcétera. Así podemos entender correctamente la voluntad y las exigencias de Dios”. “La única manera de que el pecado desaparezca es someterse al juicio y el castigo de la palabra de Dios. Entonces quedaremos limpios de corrupción y podremos amar a Dios y someternos a Él. Así nos salvaremos y podremos entrar en el reino de Dios”. “Si Dios obrase en el Espíritu, Su voz sería como el trueno. Todos tendrían miedo y nadie podría acercarse a Dios. Nadie podría entender Su voluntad. Ni las nociones de Dios que tienen las personas ni su corrupción quedarían expuestas. Nadie tendría la oportunidad de arrepentirse sinceramente para cambiar”. “Además, si Dios apareciese en el Espíritu, la gente tendría miedo. Nadie tendría nociones ni se opondría a Él. Tanto los buenos como los malos se postrarían ante él. Entonces, ¿cómo podría diferenciarlos? ¿Cómo iba a poder separar a las personas por su categoría?”.
Las palabras de este hermano me hicieron comprender que la encarnación de Dios en los últimos días tiene todo el sentido. Si Dios apareciese para hacer Su obra en Espíritu y no en la carne, no podría exponer la rebeldía ni la falsa sinceridad en la fe de las personas. Tampoco podría purificar, eliminar ni salvar a nadie, ni clasificar a las personas por su categoría. Después de eso vimos muchos vídeos de la lectura de la palabra de Dios y películas evangélicas. Después de dedicar algún tiempo a buscar e investigar, concluimos que Dios Todopoderoso era en verdad el Señor Jesús retornado. Aceptamos la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días. Estábamos llenos de emoción y agradecimiento, no podíamos dejar de dar gracias a Dios y de alabarlo. Entonces pensé en el tiempo en que no entendía la obra de Dios sino que creía ciegamente al pastor cuando decía que el Señor vendría sobre una nube en forma espiritual. Estaba a la defensiva ante la obra de Dios en los últimos días. ¡Qué estúpida! Si Dios no hubiera usado a esos hermanos y hermanas para hablar conmigo una y otra vez, habría perdido la salvación de Dios en los últimos días a causa de mis nociones. ¡Qué grave peligro! Doy gracias a Dios por guiarme y por permitirme oír la voz de Dios, recibir al Señor en Su venida y seguir los pasos del Cordero.
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