Por Yangwang, Corea del Sur
La fe de mi familia en el Señor se remonta a tres generaciones. Comencé a asistir a la iglesia con mi familia cuando era niña. Cuando crecí, brindé servicios a la iglesia como diaconisa y contadora. Siempre serví al Señor con entusiasmo. Pero, con el tiempo, descubrí que la iglesia se estaba volviendo cada vez más desolada y el pastor y los ancianos simplemente predicaban las mismas cosas viejas sin ninguna luz nueva. No podían resolver nuestras dificultades y problemas reales. Siempre estaban hablando de su propio trabajo para el Señor, presumiendo de lo mucho que habían sufrido y el precio que habían pagado. Estaba harta de escuchar eso. Y, en cada servicio dominical, veía al clero orar por la gente basándose en guiones preparados, lo que me parecía poco sincero. La verdadera oración debe ser hablar con el Señor de corazón, aunque sean unas pocas palabras. Eso es porque el Señor dijo: “Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad” (Juan 4:24). Que simplemente recitaran oraciones que ya habían sido escritas no era orar de verdad, y, desde luego, no podían alegrar al Señor. Cuando los líderes de la iglesia ocupaban los puestos de diácono, no seleccionaban personas que tenían buen comportamiento, fieles, que no eran codiciosas y practicaban la moderación como se enseña en la Biblia (véase el 1 Timoteo 3:1–11). En cambio, designaron personas con gran entusiasmo que contribuyeron más en las ofrendas. El comportamiento de los líderes de la iglesia iba en contra de las enseñanzas del Señor en todo momento; guiaban a la congregación siguiendo su propia doctrina personal al pie de la letra. No veía ninguna guía del Señor dentro de ese tipo de iglesia, y no podía sentir la obra del Espíritu Santo ni conseguir ningún sustento para mi vida. Los otros miembros de la iglesia eran todos débiles de espíritu y su fe estaba menguando. El clero trató de pensar en formas de revivir la iglesia como organizar excursiones de un día y campamentos de verano para creyentes, pero fue apenas un poco de diversión pasajera, todos volvieron a estar tristes pronto. Estaba realmente decepcionada de la iglesia y sentía que no podía conseguir nada adorando a Dios en un lugar así. Decidí dejar la iglesia en mayo de 2013.
Luego, en un esfuerzo por encontrar una iglesia que estuviera en línea con las enseñanzas del Señor y que pudiera servir para mi vida, comencé a conectarme en línea para escuchar sermones de pastores famosos en el país y en el extranjero. También me puse en contacto con una predicadora de mi antigua iglesia, que había comenzado la suya propia después de graduarse de la escuela de teología. Escuchaba sermones en línea y tenía reuniones con ella, pero ningún sermón me resultaba agradable ni enriquecedor. Tres meses después, me puse en contacto con otra iglesia. Sentí que sus enseñanzas estaban en consonancia con la Biblia, así que comencé a asistir a varias de sus actividades. Pero, después de un tiempo, descubrí que al principio y al final de cada servicio, siempre oraban en lenguas, y decían que hablar en lenguas era la única evidencia de tener la obra del Espíritu Santo y ser salvo. Pero yo no estaba de acuerdo para nada, porque dice en la Biblia, en Gálatas 5:22-23, “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio”. Lo que entendía de la escritura era que comprender las palabras del Señor y cosechar los nueve frutos del Espíritu Santo en tu vida era fe verdadera y la evidencia de tener la obra del Espíritu Santo. Y, en los servicios, los pastores predicaban una y otra vez las mismas cosas viejas y no traían luz nueva. La mayor parte de la congregación se dormía durante el sermón. Solo asistían como una formalidad. La mayoría se encontraba en un estado de negatividad, y abatida. No podía ver el gozo que la gente debería tener al adorar al Señor. Al ver estos servicios llevados a cabo de una manera tan descuidada, pensé: “¿Se regocijaría el Señor al ver a la gente tomarse las cosas tan a la ligera? ¿Él está realmente con nosotros durante el servicio?”. Entonces pensé en lo siguiente de Apocalipsis: “Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: […] ‘Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca’” (Apocalipsis 3:14-16). ¿No estaba esta iglesia en el mismo estado que la iglesia de Laodicea? Esta iglesia tampoco pudo satisfacer mis necesidades espirituales, y terminé sintiéndome vacía y desamparada. Vi que todas y cada una de las iglesias por las que había pasado eran iguales. Todos se apegaban a las regulaciones y cumplían con las formalidades en los servicios, pero no podía sentir la obra ni la guía del Espíritu Santo. Me dolía mucho. Mi única esperanza en ese momento era que el Señor regresaría pronto para pastorearnos. Con frecuencia oraba al Señor: “¡Oh, Señor! ¿Cuándo volverás?”.
Empecé a esperar con mayor fervor el regreso del Señor y encontrar una iglesia que pudiera proporcionarle sustento a mi vida. Comencé a buscar constantemente en línea. Cada vez que podía, buscaba términos como “La voz de Dios” y “Las pisadas de Dios”, que se refieren a Su aparición. La mañana del 27 de enero de 2016, busqué en línea información sobre el regreso del Señor. Me topé con un video y escuché palabras que conmovieron mi corazón. “Mi reino está tomando forma arriba del universo entero y Mi trono ejerce el dominio sobre el corazón de cientos de millones de personas. Con la ayuda de los ángeles, Mi gran logro pronto dará fruto. Todos Mis hijos y Mi pueblo esperan ansiosamente Mi regreso, anhelando que Me reúna con ellos, para nunca más volver a separarnos. ¿Cómo podría la multitudinaria población de Mi reino no correr los unos hacia los otros celebrando con júbilo que Yo esté junto a ellos? ¿Puede ser una reunión para la cual no es necesario pagar un precio? Soy honorable a los ojos de todos los hombres; soy proclamado en las bocas de todos. Cuando regrese, además, conquistaré a todas las fuerzas enemigas” (‘Capítulo 27’ de Las palabras de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”). Aunque no pude entender todo, al escuchar que “Mi reino está tomando forma arriba del universo entero y Mi trono ejerce el dominio sobre el corazón de cientos de millones de personas”. “Cuando regrese, además, conquistaré a todas las fuerzas enemigas”. de verdad sentí que cada palabra tenía autoridad y era poderosa, y que no eran palabras que cualquier humano pudiera pronunciar. Inmediatamente me erguí en la silla y escuché, totalmente absorta. Luego escuché esto en el video: “¡El momento ha llegado! ¡Pondré Mi obra en marcha, reinaré supremo entre los hombres! ¡Estoy en el punto de retorno! ¡Y estoy a punto de irme! Esto es lo que todos están esperando, lo que están deseando. ¡Permitiré que toda la humanidad contemple la llegada de Mi día y todos le darán la bienvenida al arribo de Mi día con júbilo!” (‘Capítulo 27’ de Las palabras de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”). Cuanto más escuchaba, más sentía que estas palabras tenían mucha autoridad y eran conmovedoras. Pensé: “¿De dónde vienen estas palabras?”. Al final del video, vi este texto: Extracto de “La Palabra manifestada en carne” Llamé enseguida a dos librerías cristianas para ver si tenían ese libro, pero me dijeron que no. Me sentía muy decepcionada, pero luego vi que había un número de contacto al final del video, y llamé de inmediato. Una hermana contestó el teléfono y, a través de nuestra conversación, aprendí que no es un libro que se pueda comprar con dinero. Sentí que las palabras que había escuchado eran increíblemente valiosas, ¡entonces le dije que tenía que leer ese libro! Luego arreglamos un encuentro.
El 5 de febrero de 2016 la hermana Wang y la hermana Jin vinieron a mi casa. Hablé sobre la situación en las iglesias durante los últimos años y cómo había estado buscando una iglesia que tuviera la obra del Espíritu Santo y que pudiera traer sustento a mi vida. Me preguntaron: “¿Qué opinas de las palabras de Dios Todopoderoso?”. Dije: “Tienen mucha autoridad y son poderosas, como algo que ningún ser humano podría pronunciar. Parecen la voz de Dios”. La hermana Wang respondió: “Estas palabras son la voz de Dios. Estas son palabras pronunciadas por el Señor Jesús que regresó: Dios Todopoderoso hecho carne. Dios Todopoderoso hace la obra de juicio comenzando por la casa de Dios en los últimos días, expresa todas las verdades que purifican y salvan al hombre”. “Él revela todos los misterios del plan de gestión de 6000 años de Dios, los misterios de las tres etapas de la obra de Dios para salvar a la humanidad, los misterios de la encarnación y la verdadera historia detrás de la Biblia, cómo Satanás corrompe a la humanidad, cómo Dios la salva, cómo la gente puede librarse del pecado y ser purificada por Dios, cuál será el destino de la humanidad, cómo deben buscar las personas para ser salvas y entrar en el reino de Dios, y más. Dios comparte todos estos misterios y verdades con nosotros”. “Esto cumple la profecía del Señor Jesús: ‘Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir’ (Juan 16:12-13)”. “La Palabra manifestada en carne” contiene las declaraciones expresadas por Dios mismo en los últimos días. Es el agua de vida que Dios nos concede, y el camino de la vida eterna. Solo necesitamos seguir los pasos del Cordero y obtener las palabras expresadas por Dios para conseguir el sustento de nuestras vidas. Entonces nuestros espíritus resecos pueden ser alimentados y regados”. Me asombró escucharla decir esto. Pensé: “¿El Señor ha regresado de verdad? ¿Dios Todopoderoso es el Señor Jesús que regresó que he estado anhelando?”. Aunque sabía que el Señor Jesús regresaría, no podía aceptar del todo al Dios Todopoderoso del que daban testimonio. Luego pensé en los fariseos que siempre estaban esperando la venida del Mesías, pero, cuando el Señor Jesús vino a hacer Su obra, se negaron a reconocerlo. Se aferraron obstinadamente a sus propias nociones, condenaron y blasfemaron con locura al Señor Jesús y terminaron clavándolo en la cruz. Ofendieron el carácter de Dios y fueron maldecidos y castigados por Él. Me había advertido tantas veces no ser como los fariseos cuando el Señor Jesús regresó. También pensé en los profetas Simeón y Ana. Siempre los había admirado de verdad y quería reconocer al Señor Jesús cuando regresara, tal como lo hicieron ellos. Ahora que me había enterado del regreso del Señor Jesús, ¿cómo no podría buscarlo e investigarlo? Luego, las hermanas me dieron una copia de “La Palabra manifestada en carne” También me dijeron que cada palabra provenía de la boca de Dios y que debía leer con atención.
Comencé a leer las palabras de Dios Todopoderoso después de eso, y a reunirme en línea con los hermanos y hermanas de la Iglesia de Dios Todopoderoso. Un día, leí estas palabras de Dios Todopoderoso: “La fe verdadera en Dios significa lo siguiente: con base en la creencia de que Dios tiene la soberanía sobre todas las cosas, uno experimenta Sus palabras y Su obra, purifica su carácter corrupto, satisface la voluntad de Dios y llega a conocerlo. Sólo un proceso de esta clase puede llamarse ‘fe en Dios’” (‘Prefacio’ en “La Palabra manifestada en carne”). Dije “amén” dentro de mi corazón, y pensé en mis propias experiencias con mi creencia. Me había complacido con la gracia de la redención del Señor Jesús, y pensaba que reunirme, orar, leer la Biblia y trabajar para el Señor era equivalente a tener fe. Pero no entendía el verdadero significado de la fe. Leer esas palabras fue realmente esclarecedor. Vi que la fe requiere que vivamos la experiencia de la obra y de las palabras de Dios para cambiar nuestro carácter corrupto, para que podamos alcanzar la verdad y llegar a conocer a Dios. Eso es tener fe en Dios. Apenas estas pocas y concisas palabras explicaron bien el verdadero significado de la fe y me mostraron el camino de cómo creer en Dios. Solo Dios podría pronunciar palabras así. Luego, leí algunas de las palabras de Dios Todopoderoso que exponen la verdad y la esencia de la corrupción del hombre. Por ejemplo, Él revela que trabajamos y nos agotamos no porque amamos a Dios y queremos satisfacerlo, sino porque tenemos la esperanza de alcanzar las bendiciones del reino de Dios a cambio haciendo tratos con Él. Él descubre nuestra arrogancia y vanidad, y nuestra falta de temor a Dios. Cuando Su obra no está en consonancia con nuestras nociones, la juzgamos y condenamos arbitrariamente. Como dice Hebreos 4:12, “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón”. Sentí aún más que las palabras expresadas por Dios Todopoderoso son realmente las palabras de Dios, porque solo Dios puede escudriñar lo más profundo del corazón humano, examinar nuestros pensamientos e ideas, y saber exactamente lo que estamos pensando, y solo Dios puede diseccionar con tanta precisión la verdad de nuestra corrupción. Las palabras de Dios Todopoderoso abrieron los misterios de tantos pasajes de la Biblia que nunca había entendido, como lo que realmente significa “ser arrebatado”, lo que es el agua del río de la vida, qué es la Nueva Jerusalén, qué son las vírgenes prudentes y las insensatas, qué significa abrir el rollo y sus siete sellos, y más. Me abrió los ojos de verdad, estaba completamente convencida. Nadie podría develar estos misterios de la Biblia excepto Dios mismo. Cuanto más leía las palabras de Dios Todopoderoso, más espiritualmente nutrida me sentía. Fue como una dulce lluvia después de una larga sequía, que nutrió y regó mi vida. Estaba totalmente segura de que estas eran las palabras del Espíritu Santo y Dios hablándole a la humanidad, que Dios Todopoderoso sí es el Señor Jesús que regresó. Experimenté el significado detrás de lo que dijo el Señor Jesús: “Pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna” (Juan 4:14). Resultó ser que solo Cristo de los últimos días tiene el manantial de aguas vivas, y ahora finalmente había encontrado el origen de esta fuente de vida.
Al leer las palabras de Dios Todopoderoso y reunirme y compartir enseñanzas con los hermanos y hermanas llegué a comprender la esencia y las causas de la desolación del mundo religioso. Dios Todopoderoso dice: “Los que no siguen la obra actual del Espíritu Santo, no han entrado en la obra de las palabras de Dios y, no importa cuánto se esfuercen o cuán grande sea su sufrimiento o cuánto vayan de aquí para allá, esto no significa nada para Dios y Él no los elogiará. En la actualidad, todos los que siguen las palabras actuales de Dios están en la corriente del Espíritu Santo; los que son ajenos a las palabras actuales de Dios están fuera de la corriente del Espíritu Santo y a tales personas Dios no las elogia. El servicio que está divorciado de las declaraciones actuales del Espíritu Santo es un servicio que es de la carne y de las nociones y es imposible que sea acorde a la voluntad de Dios. Si las personas viven rodeadas de nociones religiosas, entonces no pueden hacer nada que sea digno de la voluntad de Dios y aunque sirvan a Dios, sirven en medio de su imaginación y de sus nociones y son totalmente incapaces de servir según la voluntad de Dios” (‘Conoce la nueva obra de Dios y sigue Sus huellas’ en “La Palabra manifestada en carne”). “En cada etapa de la obra de Dios existen también las correspondientes exigencias para el hombre. Todos los que están dentro de la corriente del Espíritu Santo poseen la presencia y disciplina del Espíritu Santo, y los que no están dentro de la corriente del Espíritu Santo están bajo el mando de Satanás y carecen de la obra del Espíritu Santo. Las personas que están en la corriente del Espíritu Santo son las que aceptan la nueva obra de Dios y cooperan en la nueva obra de Dios. […] No así a las personas que no aceptan la nueva obra: ellas están fuera de la corriente del Espíritu Santo y la disciplina y la amonestación del Espíritu Santo no se les aplican. Estas personas viven todo el día dentro de la carne, viven dentro de sus mentes y todo lo que hacen es según la doctrina que se produce fruto del análisis y la investigación de sus propios cerebros. Esto no es lo que requiere la nueva obra del Espíritu Santo, mucho menos es la cooperación con Dios. Los que no aceptan la nueva obra de Dios son despojados de la presencia de Dios y, además, están desprovistos de las bendiciones y de la protección de Dios. La mayoría de sus palabras y acciones se aferran a las exigencias del pasado de la obra del Espíritu Santo; son doctrina, no la verdad. Tal doctrina y reglas son suficientes para probar que la reunión de estas personas no es más que religión; no son los elegidos ni los objetos de la obra de Dios. La asamblea de todos los que están entre ellos solo se puede llamar un gran congreso de religión y no se puede llamar iglesia. Este es un hecho inalterable” (‘La obra de Dios y la práctica del hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”). Después de leer esto me di cuenta de que mi antigua iglesia y las diferentes denominaciones en las que había estado no podían seguir el ritmo de la nueva obra de Dios, se habían quedado fuera de la obra del Espíritu Santo y se habían convertido en lugares religiosos, y ya no eran iglesias de Dios. El clero solo exponía el conocimiento y la doctrina bíblicos, siempre se elevaban y daban testimonio de sí mismos, y hacían alarde de cuánto habían sufrido y se habían rendido. Nunca exaltaban ni daban testimonio de Dios y no llevaban a otros a poner en práctica las palabras del Señor. Algunos les daban a los demás posiciones en la iglesia basados en el favoritismo, y decían que las personas que hablaban en lenguas estaban llenas del Espíritu Santo y eso probaba que eran salvos por Dios. Se les ocurrían estas cosas basándose en sus propios pensamientos, nociones e imaginaciones. Al dirigir sus iglesias de esta manera, los líderes religiosos se apartaron de las enseñanzas del Señor y fueron contra Su voluntad. Decían que eran creyentes, pero no se adherían al camino del Señor ni guardaban Sus mandamientos. Su camino era completamente contrario al Señor. ¿Cómo podría el Señor aceptar eso? Esos lugares ya ni siquiera eran iglesias. Eran solo para denominaciones o grupos religiosos. Por eso no pude tener la guía de Dios cuando practiqué mi fe allí. Quedé espiritualmente reseca y desprovista de sustento.
Después de eso, leímos un par de pasajes más de las palabras de Dios Todopoderoso. Dios Todopoderoso dice: “Dios cumplirá este hecho: Él hará que todas las personas en todo el universo vengan ante Él y adoren al Dios que está en la tierra, y Su obra en otros lugares cesará y las personas se verán obligadas a buscar el camino verdadero. Será como José: todos fueron a él por comida y se postraron ante él porque él tenía cosas para comer. Con el fin de evitar la hambruna, las personas serán obligadas a buscar el camino verdadero. Toda la comunidad religiosa sufrirá una severa hambruna y solo el Dios de hoy es la fuente de agua viva, que posee la fuente que siempre fluye provista para el disfrute del hombre, y las personas vendrán y dependerán de Él” (‘El Reino Milenario ha llegado’ en “La Palabra manifestada en carne”). “Le di Mi gloria a Israel y luego la retiré, y así llevé a los israelitas al oriente, así como a toda la humanidad. Los he traído a todos a la luz para que puedan reunirse y asociarse con ella, y que ya no tengan que buscarla. Dejaré que todos los que están buscando vuelvan a ver la luz y vean la gloria que tuve en Israel; les haré ver que hace mucho tiempo descendí sobre una nube blanca en medio de la humanidad, que vean las innumerables nubes blancas y frutos en sus racimos abundantes y, más aún, que vean a Jehová Dios de Israel. Dejaré que vean al Maestro de los judíos, al Mesías anhelado y a la aparición completa de Mí, quien ha sido perseguido por los reyes a lo largo de las eras. Obraré en todo el universo y realizaré una obra maravillosa, revelando toda Mi gloria y todas Mis acciones al hombre en los últimos días. Mostraré Mi semblante glorioso en toda su plenitud a quienes han esperado muchos años por Mí, a quienes han anhelado que Yo llegue sobre una nube blanca, a Israel, que ha anhelado que Yo aparezca de nuevo, y a toda la humanidad que me persigue, para que todos sepan que hace mucho tiempo retiré Mi gloria y la llevé al oriente, y ya no está en Judea. ¡Porque ya han llegado los últimos días!” (‘Los siete truenos retumban: profetizan que el evangelio del reino se extenderá por todo el universo’ en “La Palabra manifestada en carne”). Al leer las palabras de Dios y reunirme con los hermanos y hermanas llegué a entender que el Señor Jesús ha regresado hecho carne para hacer la obra nueva en los últimos días. Ha comenzado la Era del Reino y ha concluido la Era de la Gracia y la obra del Espíritu Santo, a su vez, se ha trasladado a la obra de Dios de los últimos días. El mundo religioso ha perdido por completo la obra del Espíritu Santo. Esas personas atrapadas en lugares religiosos han caído en la oscuridad y en la desolación. Al final de la Era de la Ley, el Señor Jesús encarnado hizo una obra más nueva y superior fuera del templo, y comenzó la Era de la Gracia y terminó la Era de la Ley. La obra de Dios cambió a la obra de redención de esa era y luego el templo quedó desolado. Todos aquellos que se aferraron a la obra de Jehová Dios y no aceptaron la obra del Señor Jesús cayeron en la oscuridad y se perdieron. Eso me hizo pensar en Amós 8:11: “Mirad, los días vienen, dice el Señor Jehová, cuando mandaré hambruna a la tierra, no un hambre de pan ni el deseo de beber agua, sino de escuchar las palabras de Jehová”.* Entonces, al fin entendí. Visité varias iglesias y escuché los sermones de tantos pastores famosos, pero nunca encontré el suministro de mi vida. Mi espíritu hambriento se sació cuando escuché las palabras de Dios Todopoderoso. Me di cuenta de que se debía a que Dios está haciendo una nueva obra y la del Espíritu Santo ha cambiado. El Espíritu Santo ahora solo apoya la obra realizada en el nombre de Dios Todopoderoso. No importa qué tan bien las personas sigan la obra del Señor Jesús, ya no está respaldada por Dios.
Compartí este conocimiento en una reunión y la hermana Wang compartió lo siguiente: “De hecho, la voluntad de Dios está detrás del hambre en el mundo religioso. El hambre en la religión hace que los que verdaderamente creen en Dios y aman la verdad abandonen la religión para buscar lo que el Espíritu Santo les dice a las iglesias y la aparición y la obra de Dios. Todos los que escuchan la voz de Dios y aceptan y obedecen la obra de juicio de Dios Todopoderoso en los últimos días son las vírgenes prudentes, y serán elevados ante el trono de Dios “. “Ellos se someten al juicio, la purificación y la perfección de las palabras de Dios Todopoderoso y ven la verdad de cómo Satanás los corrompió. Sus actitudes satánicas arrogantes, torcidas y engañosas se purifican y transforman gradualmente. Llegan a conocer a Dios cada vez mejor y crecen en sus vidas en forma gradual. Dan todo tipo de testimonios de sumisión a Dios y de lealtad”. “Son los vencedores que Dios hace antes de los desastres, y son los primeros frutos. Esto cumple la profecía en Apocalipsis: ‘Estos son los que no se han contaminado con mujeres, pues son castos. Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que va. Estos han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero’ (Apocalipsis 14:4)”. “Una vez que Dios haya creado este grupo de vencedores, la obra de juicio de Dios encarnado, comenzando con la casa de Dios, llegará a su fin. Después de eso, Él lloverá desastres, recompensará a los buenos y castigará a los malvados. Luego, todos los que se negaron a aceptar la obra de juicio de Dios, que condenaron y se resistieron a Dios Todopoderoso, sucumbirán a los desastres, llorarán y rechinarán los dientes. Solo los purificados por Dios conseguirán Su protección y sobrevivirán para finalmente ser llevados al reino de Dios”.
Gracias a las enseñanzas de la hermana, comprendí la obra de Dios y Su voluntad. Sentí lo real que es el amor de Dios. Dios no me había abandonado, me había permitido recibir el regreso del Señor Jesús mientras viviera. Me ha proporcionado todas estas palabras y me ha otorgado tantas verdades, que nutrió mi espíritu reseco. ¡Cuanto más lo pienso, más bendecida me siento! También leí estas palabras de Dios: “El camino de la vida no es algo que cualquiera pueda poseer y tampoco es algo que cualquiera pueda conseguir con facilidad. Esto se debe a que la vida solo puede proceder de Dios, es decir, solo Dios mismo posee la esencia de la vida y solo Dios mismo tiene el camino de vida. Y, así, solo Dios es la fuente de la vida y el manantial del agua viva de la vida que siempre fluye” (‘Solo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna’ en “La Palabra manifestada en carne”). Dios Todopoderoso es la fuente de vida para todas las cosas. Sus palabras son la verdad, el camino y la vida. Nos riegan y nutren sin cesar. Y ahora, obtuve el riego y el pastoreo de las palabras de Dios Todopoderoso y me deleito en las aguas vivas de la vida desde el trono. Estoy asistiendo a la fiesta de bodas del Cordero de verdad. ¡Estoy muy agradecida con Dios Todopoderoso por salvarme!
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Unas citas bíblicas son tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.
Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso