Hace más de dos mil años, cuando el Señor vino a obrar, los líderes religiosos y los fariseos se aferraron a las Escrituras bíblicas, se resistieron y condenaron Su obra, e incluso difundieron rumores para confundir a las personas. Debido a que los pueblos judíos no distinguieron a sus líderes, los siguieron a crucificar al Señor, al final se embarcaron en el camino de la destrucción. Ahora, las profecías de la venida del Señor se han cumplido básicamente, y es el momento crítico para recibir Su regreso. Sin embargo, los fariseos y los siervos malvados aparecen de nuevo, no creen que el Señor ha venido, y aunque vean que las señales de Su venida han surgido y oigan la noticia de Su regreso, no solo no llevan a los creyentes a buscar ni investigar, sino que también los engañan diciendo que Él aún no ha regresado, no les permiten salir a escuchar sermón y recibir a Él, e incluso condenan ciegamente la obra de Dios en los últimos días como los fariseos y juzgan que Su venida es el engaño del falso Cristo.
Si no sabemos discernir y somos controlados y confundidos por los demás, si no nos atrevemos a buscar ni estudiar al oír la noticia del regreso del Señor, entonces nuestro destino será arruinado por los fariseos como los judíos, finalmente siendo abandonados y eliminados por el Señor. Por ende, distinguir la esencia de los fariseos es particularmente importante.
Dios dice: “Mira a los líderes de cada denominación y grupo. Son todos arrogantes y farisaicos, e interpretan la Biblia fuera de contexto y según su propia imaginación. Todos confían en los dones y la erudición para hacer su obra. Si fueran incapaces de predicar nada, ¿les seguirían esas personas? Después de todo, poseen algún conocimiento, y pueden hablar un poco de doctrina, o saber cómo convencer a los demás y usar algunos artificios por medio de los cuales han llevado a las personas ante ellos y las han engañado. Esas personas creen en Dios sólo de nombre, pero en realidad siguen a sus líderes. Si se encontraran con los que predican el camino verdadero, algunos de ellos dirían: ‘Tenemos que consultarle respecto a nuestra creencia en Dios’. Requieren el consentimiento de alguien para creer en Dios; ¿no es esto un problema? ¿En qué se han convertido, pues, esos líderes entonces? ¿No se han vuelto fariseos, falsos pastores, anticristos y obstáculos en la aceptación del camino verdadero por parte de las personas?”
Vea el vídeo “Los fariseos de los últimos días”, le llevará a conocer a los fariseos de los últimos días.
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