Lo que más se predice dentro de las Escrituras es la obra de juicio y castigo de Dios de los últimos días. Las Escrituras mencionan a Dios ejecutando el juicio en por lo menos doscientos lugares; uno puede decir que todos predijeron que Dios llevará a cabo Su obra de juicio y castigo de los últimos días. Para esto, usar sólo una pequeña porción de las Escrituras es suficiente para probar que Dios ejecutando Su obra de juicio y castigo es un paso inevitable de Su obra de los últimos días. La obra de Dios de los últimos días es usar el método de juicio y castigo para purificar, salvar y perfeccionar a la humanidad; es la obra de clasificar a cada persona según su propia especie a través del juicio y castigo para terminar la era y finalmente construir el reino de Cristo, el amado reino de Dios. Esta es la cristalización de la obra de tres etapas de Dios de salvar a la humanidad y un glorioso símbolo de Su triunfo sobre Satanás. Por consiguiente, en todas partes en las Escrituras podemos ver escritos de profecías de la obra de juicio de Dios de los últimos días. Si alguien lee las Escrituras por muchos años y de principio a fin no logra ver la obra de juicio y castigo de Dios que es necesaria en Su obra de los últimos días, entonces ese es alguien que no entiende las Escrituras en lo más mínimo; ciertamente no es una persona que conozca la obra de Dios. A continuación se encuentra sólo una pequeña parte de los escritos obvios de las Escrituras para probar que la obra de Dios de los últimos días es la obra de juicio y castigo.
1. “Y Yo vendré a vosotros en juicio […], dijo Jehová de los ejércitos” (Malaquías 3:5).*
2. “Dios es juez justo, y un Dios que se indigna cada día contra el impío” (Salmos 7:11).
3. “Y juzgará al mundo con justicia; con equidad ejecutará juicio sobre los pueblos” (Salmos 9:8).
4. “Cuando yo escoja el tiempo oportuno, seré yo quien juzgará con equidad” (Salmos 75:2).
5. “Juzgará entre las naciones, y hará decisiones por muchos pueblos” (Isaías 2:4).
6. “[…]cuando haga juicios contra ti con ira, furor y terribles reprensiones” (Ezequiel 5:15).
7. “Y cuando El venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio” (Juan 16:8).
8. “Pues viene a juzgar la tierra; El juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con equidad” (Salmos 98:9).
9. “Por tanto, no se sostendrán los impíos en el juicio, ni los pecadores en la congregación de los justos” (Salmos 1:5).
10. “Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis juzgados; mirad, el Juez está a las puertas” (Santiago 5:9).
11. “Diciendo a gran voz: Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado” (Apocalipsis 14:7).
12. “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48).
13. “Porque El viene; porque El viene a juzgar la tierra: juzgará al mundo con justicia y a los pueblos con su fidelidad” (Salmos 96:13).
14. “Los adversarios de Jehová serán hechos pedazos; del cielo tronará sobre ellos: Jehová juzgará los confines de la tierra y dará fuerza a su rey, y exaltará el cuerno de su ungido” (1 Samuel 2:10).*
15. “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios” (1 Pedro 4:17).
Los 15 versículos anteriores sobre el juicio principalmente mencionan que Dios debe juzgar al mundo según la justicia y que debe llevar a cabo el juicio en los diferentes países y plantean el punto clave de que “Dios es juez justo” “Y me acercaré a vosotros para el juicio” “el Juez está a las puertas” “porque la hora de su juicio ha llegado” “pues viene a juzgar la tierra” “El viene a juzgar la tierra” y “el juicio comience por la casa de Dios”. Tales palabras deslumbrantes a todos nos hacen ver claramente que Dios inevitablemente debe venir a la tierra de los últimos días y hacer la obra de juicio y castigo; la obra de Dios de los últimos días también debe ser la obra de juicio y castigo. Ya que estas Escrituras predicen y testifican que Dios personalmente vendrá al mundo del hombre y hará la obra de juicio y castigo entonces, cuando Dios venga, ¿de qué manera exacta ejecutará el juicio y aparecerá al hombre? Esta se ha vuelto la pregunta sumamente preocupante de la humanidad. De un registro real de las dos etapas de la obra de Dios en las Escrituras, podemos ver tal hecho como este: Además de la voz directa del Espíritu de Dios, sólo cuando el Señor Jesús encarnado viniera a la tierra podría Él hablar y obrar como Dios en Su identidad. “Dios viene a la tierra”; estas palabras son lo que Dios le dice a la humanidad corrupta, no lo que Él le dice al mundo espiritual. Esto definitivamente se está refiriendo a la encarnación de Dios viniendo a la tierra que las personas son capaces de ver, definitivamente no se está refiriendo al Espíritu de Dios que las personas no tienen manera de ver. De esto se puede ver que si Dios viene a la tierra personalmente para hacer Su obra de juicio, entonces Él debe ser encarnado como Cristo, el Hijo del hombre; sólo entonces puede Él hablar y obrar con la identidad de Dios. Esto es seguro sin lugar a dudas. “Esta obra, si no se hace por medio de la encarnación, no obtendrá los más mínimos resultados y no sería capaz de salvar totalmente a los pecadores. Si Dios no se hace carne, se queda como el Espíritu invisible e intangible para el hombre. Este es una criatura de carne, y el hombre y Dios pertenecen a dos mundos diferentes y son de distinta naturaleza. El Espíritu de Dios es incompatible con el hombre de carne, y no se pueden establecer relaciones entre ellos; además, el hombre no puede volverse espíritu. Así, el Espíritu de Dios debe pasar a ser una de las criaturas y hacer Su obra original. Dios puede ascender al lugar más elevado y humillarse volviéndose un hombre de la creación, obrando y viviendo entre los hombres, pero estos no pueden ascender hasta el lugar más elevado y volverse un espíritu, y mucho menos descender hasta el lugar más bajo. Por tanto, Dios debe hacerse carne para llevar a cabo Su obra. Como en la primera encarnación, sólo la carne de Dios podía redimir al hombre a través de Su crucifixión, mientras no era posible que el Espíritu de Dios fuera crucificado como una ofrenda por el pecado por el hombre. Dios podía hacerse carne directamente para servir como una ofrenda por el pecado para el hombre, pero este no podía ascender directamente al cielo para tomar la ofrenda por el pecado que Dios había preparado para él. Así, Dios debe viajar de aquí para allá entre el cielo y la tierra, en lugar de dejar que el hombre ascienda al cielo para tomar esta salvación, porque el hombre había caído y no podía ascender al cielo, mucho menos obtener la ofrenda por el pecado. Por tanto, era necesario que Jesús viniera entre los hombres y realizara personalmente la obra que estos simplemente no podían cumplir. Cada vez que Dios se hizo carne, fue absolutamente necesario que lo hiciera. Si el Espíritu de Dios hubiera podido llevar a cabo directamente cualquiera de las etapas, no habría soportado las indignidades de ser encarnado” (“El misterio de la encarnación (4)”). De las Escrituras y de las palabras de Dios podemos ver que Dios debe usar el camino de la encarnación para venir personalmente a la tierra y hacer la obra de juicio; en los siguientes tres lugares los versículos claramente confirman: “Porque El ha establecido un día en el cual juzgará al mundo en justicia, por medio de un Hombre a quien ha designado” (Hechos 17:31). “Y le dio autoridad para ejecutar juicio, porque es el Hijo del Hombre” (Juan 5:27). “Porque ni aun el Padre juzga a nadie, sino que todo juicio se lo ha confiado al Hijo” (Juan 5:22). Todos estos versículos predijeron directamente que Cristo vendría personalmente a la tierra como carne y llevaría a cabo el juicio. Especialmente todo lo que habla del “Hijo” y del “Hijo del hombre”; sin duda se están refiriendo a Cristo como encarnado. Dios encarnado en el Hijo del hombre es Cristo; esto es seguro sin lugar a dudas. Esto nos hace ver que las profecías en las Escrituras de Dios haciéndose carne, y haciendo Su obra de juicio y castigo de los últimos días, en lo absoluto son pocas en número; si sólo uno las busca, se pueden ver. Además, hay algunos textos que directamente predicen cómo Dios hará la obra de juicio y qué resultados alcanzará la obra de juicio. Esto prueba más a fondo que la obra de juicio y castigo de Dios de los últimos días es la última obra para terminar el plan de gestión de Dios; es la obra de poner fin a la Era de la Oscuridad y el Mal e inaugurar la Era del Reino de Cristo. Por ejemplo:
1. “Y los cielos declaran su justicia, porque Dios mismo es el juez” (Salmos 50:6).
2. “Jehová es conocido por el juicio que ejecuta” (Salmos 9:16).*
3. “Jehová se pone en pie para litigar, y se levanta para juzgar al pueblo” (Isaías 3:13).*
4. “El convoca a los cielos desde lo alto, y a la tierra, para juzgar a su pueblo” (Salmos 50:4).
5. “El hace que los consejeros anden descalzos, y hace necios a los jueces” (Job 12:17).
6. “¿Puede enseñarse a Dios sabiduría, siendo que El juzga a los encumbrados?” (Job 21:22).
7. “Ya está aquí el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera” (Juan 12:31).
8. “El es el que reduce a la nada a los gobernantes, y hace insignificantes a los jueces de la tierra” (Isaías 40:23).
9. “Y Yo ejecutaré juicios sobre Moab; y ellos sabrán que Yo soy Jehová” (Ezequiel 25:11).*
10. “¡Levántate, oh Dios, juzga la tierra! Porque tú posees todas las naciones” (Salmos 82:8).
11. “Ahora pues, oh reyes, mostrad discernimiento; recibid amonestación, oh jueces de la tierra” (Salmos 2:10).
12. “Hiciste oír juicio desde los cielos; temió la tierra y enmudeció al levantarse Dios para juzgar, para salvar a todos los humildes de la tierra” (Salmos 76:8-9).
13. “[…] cuando afile mi espada flameante y mi mano empuñe la justicia, me vengaré de mis adversarios y daré el pago a los que me aborrecen” (Deuteronomio 32:41).
14. “Decid entre las naciones que Jehová reina; el mundo también será establecido para que no sea conmovido; Él juzgará a las personas con justicia” (Salmos 96:10).*
15. “[…]el Señor, entonces, sabe rescatar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos bajo castigo para el día del juicio” (2 Pedro 2:9).
16. “Porque si Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al infierno y los entregó a fosos de tinieblas, reservados para juicio” (2 Pedro 2:4).
17. “Yo dije en mi corazón: al justo como al impío juzgará Dios,
porque hay un tiempo para cada cosa y para cada obra” (Eclesiastés 3:17)."
18. “Y el hombre que procediere con soberbia, y no escuchando al sacerdote que está para ministrar allí delante de Jehová, tu Dios, o al juez, incluso ese hombre morirá” (Deuteronomio 17:12).*
19. “Levántate, oh Jehová, en Tu ira, álzate a causa de la ira de mis enemigos, y despierta para mí el juicio que has mandado” (Salmos 7:8).*
20. “En la noche te desea mi alma, en verdad mi espíritu dentro de mí te busca con diligencia; porque cuando la tierra tiene conocimiento de tus juicios, aprenden justicia los habitantes del mundo” (Isaías 26:9).
21. “Ahora viene el fin sobre ti y enviaré mi ira contra ti; te juzgaré conforme a tus caminos y traeré sobre ti todas tus abominaciones” (Ezequiel 7:3).
22. “Ahora pronto derramaré mi furor sobre ti y descargaré mi ira contra ti; te juzgaré conforme a tus caminos y traeré sobre ti todas tus abominaciones” (Ezequiel 7:8).
23. “Un río de fuego corría, saliendo de delante de El. Miles de millares le servían, y miríadas de miríadas estaban en pie delante de El. El tribunal se sentó, y se abrieron los libros” (Daniel 7:10).
24. “Alégrense y canten con júbilo las naciones, porque tú juzgarás a los pueblos con equidad, y guiarás a las naciones en la tierra” (Salmos 67:4).
25. “[…] sino cierta horrenda expectación de juicio, y la furia de un fuego que ha de consumir a los adversarios” (Hebreos 10:27).
26. “Y sabemos que el juicio de Dios justamente cae sobre los que practican tales cosas” (Romanos 2:2).
27. “Y yo os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio” (Mateo 12:36).
28. “Pues conocemos al que dijo: Mia es la venganza, yo pagare. Y otra vez: El Señor juzgara a su pueblo” (Hebreos 10:30).
29. “Y Jesús dijo: Yo vine a este mundo para juicio; para que los que no ven, vean, y para que los que ven se vuelvan ciegos” (Juan 9:39).
Dentro de los 29 versículos anteriores de las Escrituras, todos podemos ver claramente los resultados alcanzados en cada aspecto a través del juicio y castigo de Dios ejecutado sobre la humanidad. Además el juicio de Dios de los últimos días no sólo se dirige a una etnia o un país, sino que necesariamente se expande a todas las naciones, todos los estados y hasta la totalidad de la humanidad. Por consiguiente, el juicio de Dios de los últimos días es la obra de terminar la antigua era e inaugurar una nueva era. Al mismo tiempo, las personas también son capaces de ver que Dios en Su juicio está salvando al humilde y al devoto de la tentación y manteniendo al injusto dentro del castigo. El juicio de Dios permite a esas personas en la tierra aprender justicia, buscar la verdad y llegar a conocer el carácter justo de Dios. Hace que todas las personas en la tierra vayan ante Dios y lo elogien y alaben; todas las naciones aclaman y saltan y se postran ante Él en adoración. Esto revela completamente los resultados alcanzados por Dios expresando Su carácter justo. Esto prueba más a fondo que Dios no sólo es un Dios misericordioso y amoroso sino que, lo que es más importante, Él tiene ira y majestad y también juicio y castigo; Dios es, por encima de todo, un Dios justo. De hecho, el carácter inherente de Dios es uno que es principalmente justo. Por lo tanto, Dios viniendo a la tierra para ejecutar la obra de juicio es el tiempo cuando el carácter justo de Dios se revela completamente. La humanidad corrupta se clasifica según la especie debido a la revelación del carácter justo de Dios; todos aquellos que puedan aceptar y obedecer el juicio y castigo de Dios de los últimos días serán salvos y serán hechos perfectos, y todos aquellos que rechacen el juicio y castigo de Dios serán destruidos por resistir a Dios. Este es el resultado logrado directamente a través del juicio y castigo de Dios de los últimos días. Es el justo juicio y castigo de Dios que purifica a la humanidad, salva a la humanidad y, sobre todo, perfecciona a la humanidad. El trono de Dios, por consiguiente, se establece firmemente en la tierra; la voluntad de Dios también se puede llevar a cabo debido a Su juicio y castigo. Que Dios venga a la tierra a ejecutar el juicio ha confirmado completamente que la imagen del Hijo del hombre es la imagen del Señor del juicio en el Libro de Apocalipsis. Al mismo tiempo, también confirma la profecía que “el tabernáculo de Dios está entre los hombres”. Sólo cuando Dios viene a la tierra puede salvar a la humanidad corrupta y sólo por el juicio y castigo de Dios esta era malvada puede ser llevada a su fin. Es el juicio y castigo de Dios lo que ha puesto el fundamento para la venida del reino de Dios y dejar que el reino de Cristo se haga realidad en la tierra. Este es el resulto y la cristalización inevitables de la terminación del plan de gestión de Dios para salvar a la humanidad. Al final, la reunión de todas las personas que son salvas constituye el reino de Cristo; esto cumple completamente las profecías de “Dios viniendo a Su reino” y “la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios”. Claramente, el siglo 21 es el siglo que Dios viene a Su reino; es el siglo en que el reino de Cristo se hará realidad en la tierra. Mucho más aún, es el siglo en que Dios terminará el destino de Satanás, y en el que Dios vendrá personalmente a la tierra y tomará el poder. El reino de un milenio se hará realidad en el siglo 21.
De muchas profecías en la Biblia podemos ver absolutamente que la obra de juicio de Dios de los últimos días es vasta, poderosa e imparable. Esto permite aún más que las personas vean claramente de la Biblia que la obra de tres etapas de Dios de salvar a la humanidad es la totalidad del plan de gestión de Dios para salvar a la humanidad. Aunque gran parte de la Biblia es sólo un registro de la obra de Dios durante la Era de la Ley y la Era de la Gracia, las profecías de los profetas, el Señor Jesús y la Revelación todo, sin embargo, reveló completamente hace mucho tiempo la obra de Dios de los últimos días, que es la imagen completa del juicio y castigo en la Era del Reino, haciendo que las personas vean claramente de la Biblia la obra de tres etapas del plan de gestión de Dios. Durante los últimos días, Dios usa el juicio y castigo para salvar a la humanidad, clasificarla según la especie y poner fin a esta era oscura de maldad y corrupción; este es un hecho claro e innegable. Si una persona es incapaz de ver de la Biblia la obra de tres etapas de Dios de salvar a la humanidad, entonces definitivamente no es una persona que entienda la Biblia, y ciertamente no es una persona que conozca la obra de Dios. Así como todos están anhelando ansiosamente la venida del Señor Jesús otra vez, Dios hace mucho tiempo ya se ha encarnado y secretamente ha venido a China continental cumpliendo completamente las palabras de Dios: “Pero de aquel día o de aquella hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre” (Marcos 13:32). Dios Todopoderoso ha expresado millones de palabras una tras otra; en China Él formalmente ha levantado la cortina para el juicio ante el gran trono blanco de los últimos días y el juicio ya ha comenzado en la casa de Dios. El pueblo escogido de Dios en China finalmente puede ver en el juicio y castigo de Dios Su aparición. Son las palabras de Dios las que son un testimonio de Su encarnación, es la voz del Espíritu Santo la que es un testimonio de Dios viniendo personalmente a la tierra a hacer la obra de juicio y castigo. El pueblo escogido de Dios acepta el juicio y castigo de Dios, la poda y el trato, y todo tipo de pruebas y refinamientos, sujetándose bajo la autoridad de las palabras de Dios. Al mismo tiempo experimenta la caza y la persecución del gran dragón rojo y toda clase de prueba y tribulación y sufre toda clase de dolor y refinamientos. Ahora Dios finalmente ha conquistado, salvado y completado un grupo de personas que son de un corazón y una voluntad con Dios. Así como Dios Todopoderoso dice en Su propia voz: “[…] no perdonaré a la ligera a los hombres por todo lo que han hecho. ¡Vigilaré toda la tierra y, apareciendo en el Este del mundo con justicia, majestad, ira, y castigo, me revelaré a las innumerables huestes de la humanidad!” (“La vigésima sexta declaración’ de Las Declaraciones de Dios a todo el Universo”). Claramente, el juicio ante el gran trono blanco de Dios de los últimos días ya ha comenzado, cumpliendo y logrando completamente todas las profecías en la Biblia.
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