Reflexiones cristianas - Cómo ser una virgen prudente y recibir al novio

 

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Reflexiones cristianas - Cómo ser una virgen prudente y recibir al novio

 

Versículos bíblicos como referencia

 

“Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio. Y cinco de ellas eran insensatas, y cinco prudentes. Porque las insensatas, al tomar sus lámparas, no tomaron aceite consigo, pero las prudentes tomaron aceite en frascos junto con sus lámparas. Al tardarse el novio, a todas les dio sueño y se durmieron. Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’” (Mateo 25:1-6).

 

“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27).

 

“El que es de Dios escucha las palabras de Dios; por eso vosotros no escucháis, porque no sois de Dios” (Juan 8:47).

 

Las palabras relevantes de Dios

 

Ya que estamos buscando las huellas de Dios, nos corresponde a nosotros buscar la voluntad de Dios, por Sus palabras y declaraciones; porque dondequiera que haya nuevas palabras dichas por Dios, allí está la voz de Dios, y donde están las huellas de Dios, ahí están los hechos de Dios. Donde está la expresión de Dios, ahí aparece, ahí existe la verdad, el camino y la vida. Al buscar las huellas de Dios, has ignorado las palabras “Dios es la verdad, el camino y la vida”. Y así, muchas personas, incluso cuando reciben la verdad, no creen que han encontrado las huellas de Dios y mucho menos reconocen la aparición de Dios. ¡Qué error tan grave! La aparición de Dios no se puede reconciliar con las nociones del hombre; todavía menos puede Dios aparecer por órdenes del hombre. Dios hace Sus propias elecciones y tiene Sus propios planes cuando hace Su obra; más aún, Él tiene Sus propios objetivos y Sus propios métodos. Sea cual sea la obra que Él hace, no es necesario que la discuta con el hombre o busque su consejo, ni mucho menos que notifique de Su obra a cada persona. Este es el carácter de Dios, que debería además ser reconocido por todo el mundo. Si deseáis presenciar la aparición de Dios, seguir las huellas de Dios, entonces debéis primero apartaros de vuestras propias nociones. No debes demandar que Dios haga esto o aquello; mucho menos debes colocarlo dentro de tus propios confines y limitarlo a tus propias nociones. En cambio, debéis preguntar cómo vais a buscar las huellas de Dios, cómo vais a aceptar la aparición de Dios, y cómo vais a someteros a Su nueva obra; esto es lo que el hombre debe hacer. Ya que el hombre no es la verdad y no posee la verdad, debe buscar, aceptar y obedecer.

 

Extracto de “La aparición de Dios ha dado lugar a una nueva era”

 

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. ¿Habéis oído ahora las palabras del Espíritu Santo? Las palabras de Dios han venido sobre vosotros. ¿Las oís? Dios realiza la obra de las palabras en los últimos días y tales palabras son las del Espíritu Santo, porque Dios es el Espíritu Santo y también puede hacerse carne; por tanto, las palabras del Espíritu Santo, tal como se hablaron en el pasado, son las palabras de Dios encarnado hoy. Hay muchas personas absurdas que creen que ya que habla el Espíritu Santo, Su voz debería hablar desde los cielos para que la gente lo oiga. Cualquiera que piense de esta forma no conoce la obra de Dios. En verdad, las declaraciones habladas por el Espíritu Santo son las habladas por Dios hecho carne. El Espíritu Santo no puede hablar directamente al hombre, ni siquiera en la Era de la Ley habló Jehová directamente al pueblo. ¿Acaso no sería bastante menos probable que lo hiciera en esta era actual? Para que Dios haga declaraciones para llevar a cabo la obra, Él debe hacerse carne, o de lo contrario Su obra no sería capaz de conseguir sus objetivos. Los que rechazan a Dios encarnado son los que no conocen el Espíritu ni los principios por los que Dios obra. Los que creen que ahora es la era del Espíritu Santo, pero no aceptan Su nueva obra, son aquellos que viven en una fe vaga y abstracta. Esas personas nunca recibirán la obra del Espíritu Santo. Los que sólo piden que el Espíritu Santo hable y realice Su obra directamente, y no aceptan las palabras o la obra de Dios encarnado, ¡nunca serán capaces de entrar en la nueva era ni de que Dios les traiga una salvación completa!

 

Extracto de “¿Cómo puede el hombre que ha delimitado a Dios con sus nociones recibir Sus revelaciones?”

 

La obra del Espíritu Santo cambia día a día. Se eleva más alto con cada paso; la revelación de mañana es superior a la de hoy y va escalando paso a paso, cada vez más alto. Tal es la obra mediante la cual Dios perfecciona al hombre. Si las personas no pueden seguir el paso, podrían ser expulsadas en cualquier momento. Si no tienen un corazón obediente, no podrán seguir hasta el final. La era anterior ya ha pasado; esta es una nueva era. Y en una nueva era, debe hacerse una obra nueva. Particularmente en la era final, en la cual las personas son perfeccionadas, Dios realizará una nueva obra con mayor rapidez; por tanto, si no tienen obediencia en su corazón, a las personas les resultará difícil seguir las huellas de Dios. Dios no se rige por ninguna regla ni trata ninguna etapa de Su obra como inmutable. Por el contrario, la obra que lleva a cabo siempre es más nueva y más elevada. Con cada etapa, Su obra se vuelve más y más práctica, y cada vez corresponde más a las necesidades reales del hombre. Sólo después de que las personas experimentan esta clase de obra, pueden lograr la transformación final de su carácter. El conocimiento que tiene el hombre sobre la vida alcanza niveles cada vez más altos, y, de la misma manera, la obra de Dios alcanza niveles cada vez más altos. Sólo de esta manera el hombre puede ser perfeccionado y ser apto para que Dios lo use. Por un lado, Dios obra de esta manera para contrarrestar y revertir las nociones del hombre; y, por otro lado, para guiarlo a un estado superior y más realista, al ámbito más supremo de creencia en Dios, para que al final, la voluntad de Dios pueda hacerse. Todos aquellos que tienen una naturaleza desobediente y que se oponen voluntariamente serán expulsados por esta etapa de la obra de Dios que es veloz y de frenético avance; sólo aquellos que obedezcan voluntariamente y se humillen de buen grado pueden llegar hasta el final del camino. En esta clase de obra, todos vosotros deberíais aprender a someteros y a dejar de lado vuestros conceptos. Debéis ser cautos en cada paso que deis. Si sois negligentes, sin duda formaréis parte de aquellos a quienes el Espíritu Santo rechazará, y seréis alguien que perturba la obra de Dios.

 

Extracto de “Los que obedecen a Dios con un corazón sincero, con seguridad serán ganados por Dios”

 

Ya que el hombre cree en Dios, debe seguir muy de cerca las pisadas de Dios, paso a paso, debe “seguir al Cordero dondequiera que vaya”. Sólo estas son las personas que buscan el camino verdadero, sólo ellas son las que conocen la obra del Espíritu Santo. Las personas que de un modo servil siguen las letras y las doctrinas son las que la obra del Espíritu Santo ha eliminado. En cada periodo de tiempo, Dios comenzará una nueva obra, y en cada periodo habrá un nuevo comienzo entre los hombres. Si el hombre sólo acata las verdades de que “Jehová es Dios” y “Jesús es Cristo”, que son verdades que solo se aplican a sus respectivas eras, entonces el hombre nunca mantendrá el paso con la obra del Espíritu Santo y nunca podrá obtener la obra del Espíritu Santo. Independientemente de qué haga Dios, el hombre lo sigue sin la más mínima duda, y lo sigue de cerca. De esta manera, ¿cómo puede el hombre ser eliminado por el Espíritu Santo? Independientemente de lo que haga Dios, en tanto que el hombre esté seguro que es la obra del Espíritu Santo, y coopere con la obra del Espíritu Santo sin recelo, y trate de cumplir con las exigencias de Dios, entonces, ¿cómo podría ser castigado?

 

Extracto de “La obra de Dios y la práctica del hombre”

 

Todos los que pueden obedecer las declaraciones actuales del Espíritu Santo son benditos. No importa cómo solían ser o cómo el Espíritu Santo solía obrar en ellos, los que han obtenido la última obra de Dios son los más bendecidos y los que no pueden seguir la última obra hoy son eliminados. Dios quiere a los que son capaces de aceptar la nueva luz y Él quiere a los que aceptan y conocen Su última obra. ¿Por qué se dice que debéis ser una virgen casta? Una virgen casta puede buscar la obra del Espíritu Santo y entender las cosas nuevas y, además, puede desechar las antiguas nociones y obedecer la obra de Dios hoy. Este grupo de personas que aceptan la nueva obra de la actualidad, Dios las predestinó antes de todos los siglos y son las más benditas de las personas. Vosotros oís la voz de Dios directamente y contempláis la aparición de Dios y así, en todo el cielo y la tierra y a lo largo de las eras, nadie ha sido más bendecido que vosotros, este grupo de personas.

 

Extracto de “Conoce la nueva obra de Dios y sigue Sus huellas”

 

¿Deseáis conocer la raíz de la oposición de los fariseos a Jesús? ¿Deseáis conocer la esencia de los fariseos? Estaban llenos de fantasías sobre el Mesías. Aún más, sólo creían que Él vendría, pero no buscaban la verdad de la vida. Por tanto, incluso hoy siguen esperándole, porque no tienen conocimiento del camino de la vida ni saben cuál es la senda de la verdad. Decidme, ¿cómo podrían obtener la bendición de Dios tales personas insensatas, tozudas e ignorantes? ¿Cómo podrían contemplar al Mesías? Se opusieron a Jesús porque no conocían la dirección de la obra del Espíritu Santo ni el camino de la verdad mencionado por Jesús y, además, porque no entendían al Mesías. Y como nunca le habían visto ni habían estado en Su compañía, cometieron el error de aferrarse en vano al nombre del Mesías mientras se oponían a Su esencia por todos los medios posibles. Estos fariseos eran tozudos y arrogantes en esencia, y no obedecían la verdad. El principio de su creencia en Dios era: por muy profunda que sea Tu predicación, por muy alta que sea Tu autoridad, no eres Cristo a no ser que te llames el Mesías. ¿No son estas opiniones absurdas y ridículas? Os pregunto de nuevo: ¿No es extremadamente fácil para vosotros cometer los errores de los antiguos fariseos, dado que no tenéis el más mínimo entendimiento de Jesús? ¿Eres capaz de discernir el camino de la verdad? ¿Puedes garantizar realmente que no te opondrás a Cristo? ¿Eres capaz de seguir la obra del Espíritu Santo? Si no sabes si te opondrás o no a Cristo, entonces Yo digo que ya estás viviendo al filo de la muerte. Los que no conocían al Mesías fueron todos capaces de oponerse a Jesús, de rechazarlo, de difamarlo. Las personas que no entienden a Jesús son capaces de rechazarlo y vilipendiarlo. Además, son capaces de ver el regreso de Jesús como el engaño de Satanás, y más personas condenarán el retorno de Jesús a la carne. ¿No os asusta todo esto? Lo que afrontáis será blasfemia contra el Espíritu Santo, la ruina de Sus palabras a las iglesias y el rechazo de todo lo expresado por Jesús. ¿Qué podéis obtener de Él si estáis tan confundidos? ¿Cómo podéis entender la obra de Jesús cuando Él vuelva a la carne sobre una nube blanca, si os negáis obstinadamente a ser conscientes de vuestros errores? Os digo esto: las personas que no reciben la verdad, pero que esperan ciegamente la llegada de Jesús sobre nubes blancas, blasfemarán sin duda contra el Espíritu Santo y pertenecen a la categoría que será destruida. Deseáis simplemente la gracia de Jesús, y sólo queréis disfrutar el gozoso reino del cielo, pero nunca habéis obedecido Sus palabras ni habéis recibido la verdad expresada por Él cuando vuelva a la carne. ¿Qué ofreceréis a cambio de la realidad del regreso de Jesús sobre una nube blanca? ¿La sinceridad con la que cometéis repetidamente pecados, y después los hacéis vuestras confesiones una y otra vez? ¿Qué ofreceréis en sacrificio a Jesús, quien vuelve sobre una nube blanca? ¿Los años de trabajo con los que os exaltáis a vosotros mismos? ¿Qué ofreceréis para hacer que el Jesús retornado confíe en vosotros? ¿Vuestra naturaleza arrogante, que no obedece ninguna verdad?

 

Extracto de “En el momento que contemples el cuerpo espiritual de Jesús, Dios ya habrá vuelto a crear el cielo y la tierra”

 

El Cristo de los últimos días trae la vida y el camino de la verdad, duradero y eterno. Esta verdad es el camino por el que el hombre obtendrá la vida, y el único camino por el cual el hombre conocerá a Dios y por el que Dios lo aprobará. Si no buscas el camino de la vida que el Cristo de los últimos días provee, entonces nunca obtendrás la aprobación de Jesús y nunca estarás cualificado para entrar por la puerta del reino de los cielos, porque tú eres tanto un títere como un prisionero de la historia. Aquellos que son controlados por los reglamentos, las letras y están encadenados por la historia, nunca podrán obtener la vida ni el camino perpetuo de la vida. Esto es porque todo lo que tienen es agua turbia que ha estado estancada por miles de años, en vez del agua de la vida que fluye desde el trono. Aquellos que no reciben el agua de la vida siempre seguirán siendo cadáveres, juguetes de Satanás e hijos del infierno. ¿Cómo pueden, entonces, contemplar a Dios? Si sólo tratas de aferrarte al pasado, si sólo tratas de mantener las cosas como están quedándote quieto, y no tratas de cambiar el estado actual y descartar la historia, entonces, ¿no estarás siempre en contra de Dios? Los pasos de la obra de Dios son vastos y poderosos, como olas agitadas y fuertes truenos, pero te sientas y pasivamente esperas la destrucción, apegándote a tu locura y sin hacer nada. De esta manera, ¿cómo puedes ser considerado alguien que sigue los pasos del Cordero? ¿Cómo puedes justificar al Dios al que te aferras como un Dios que siempre es nuevo y nunca viejo? ¿Y cómo pueden las palabras de tus libros amarillentos llevarte a una nueva era? ¿Cómo pueden llevarte a buscar los pasos de la obra de Dios? ¿Y cómo pueden llevarte al cielo? Lo que sostienes en tus manos es la letra que solo puede darte consuelo temporal, no las verdades que pueden darte la vida. Las escrituras que lees solo pueden enriquecer tu lengua y no son palabras de sabiduría que te ayudan a conocer la vida humana, y menos aún los senderos que te pueden llevar a la perfección. Esta discrepancia, ¿no te lleva a reflexionar? ¿No te hace entender los misterios que contiene? ¿Eres capaz de entregarte tú mismo al cielo para encontrarte con Dios? Sin la venida de Dios, ¿te puedes llevar tú mismo al cielo para gozar de la felicidad familiar con Dios? ¿Todavía sigues soñando? Sugiero entonces que dejes de soñar y observes quién está obrando ahora, quién está llevando a cabo ahora la obra de salvar al hombre durante los últimos días. Si no lo haces, nunca obtendrás la verdad y nunca obtendrás la vida.

 

Extracto de “Solo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna”

 

Los que quieren obtener la vida sin confiar en la verdad de la que Cristo habló son las personas más absurdas de la tierra, y los que no aceptan el camino de la vida que Cristo trajo están perdidos en la fantasía. Y así digo que aquellos que no aceptan al Cristo de los últimos días Dios los detestará para siempre. Cristo es la puerta para que el hombre entre al reino durante los últimos días, y no hay nadie que pueda evitarle. Nadie puede ser perfeccionado por Dios excepto por medio de Cristo. Tú crees en Dios y por tanto debes aceptar Sus palabras y obedecer Su camino. No puedes simplemente pensar en obtener bendiciones sin ser capaz de recibir la verdad o de aceptar la provisión de la vida. Cristo viene en los últimos días para que a todos los que verdaderamente creen en Él les pueda proveer la vida. Su obra es en aras de concluir la era antigua y entrar en la nueva, y Su obra es el camino que deben tomar todos los que entrarán en la nueva era. Si no eres capaz de reconocerlo y en cambio lo condenas, blasfemas y hasta lo persigues, entonces estás destinado a arder por toda la eternidad y nunca entrarás en el reino de Dios. Porque este Cristo es Él mismo la expresión del Espíritu Santo, la expresión de Dios, Aquel a quien Dios le ha confiado hacer Su obra en la tierra. Y por eso digo que si no puedes aceptar todo lo que el Cristo de los últimos días hace, entonces blasfemas contra el Espíritu Santo. La retribución que deben sufrir los que blasfeman contra el Espíritu Santo es obvia para todos. También te digo que si te resistes al Cristo de los últimos días y si reniegas de Él, entonces no habrá nadie que pueda soportar las consecuencias en tu lugar. Además, a partir de este día no tendrás otra oportunidad para obtener la aprobación de Dios; incluso si tratas de redimirte tú mismo, nunca más volverás a contemplar el rostro de Dios. Porque al que tú te resistes no es un hombre, lo que niegas no es algún ser diminuto, sino a Cristo. ¿Sabes cuáles serán las consecuencias de esto? No habrás cometido un pequeño error, sino que habrás cometido un crimen atroz. Y así les aconsejo a todos que no tengan una reacción violenta contra la verdad, o hagan críticas descuidadas, porque solo la verdad te puede dar la vida y nada excepto la verdad te puede permitir volver a nacer y contemplar el rostro de Dios.

 

Extracto de “Solo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna”

 

Os digo, aquellos que creen en Dios por las señales son sin duda la categoría que será destruida. Los que son incapaces de recibir las palabras de Jesús, que ha vuelto a la carne, son sin duda la progenie del infierno, los descendientes del arcángel, la categoría que será sometida a la destrucción eterna. Muchas personas pueden no preocuparse por lo que digo, pero aun así quiero decirle a cada uno de estos llamados santos que siguen a Jesús que, cuando lo veáis descendiendo del cielo sobre una nube blanca con vuestros propios ojos, esta será la aparición pública del Sol de justicia. Quizás será un momento de gran entusiasmo para ti, pero deberías saber que el momento en el que veas a Jesús descender del cielo será también el momento en el que irás al infierno a ser castigado. Ese será el momento del final del plan de gestión de Dios, y será cuando Él recompense a los buenos y castigue a los malos. Porque Su juicio habrá terminado antes de que el hombre vea señales, cuando sólo exista la expresión de la verdad. Aquellos que acepten la verdad y no busquen señales, y por tanto hayan sido purificados, habrán regresado ante el trono de Dios y entrado en el abrazo del Creador. Sólo aquellos que persisten en la creencia de que “El Jesús que no cabalgue sobre una nube blanca es un falso Cristo” se verán sometidos al castigo eterno, porque sólo creen en el Jesús que exhibe señales, pero no reconocen al Jesús que proclama un juicio severo y manifiesta el camino verdadero de la vida. Y por tanto, sólo puede ser que Jesús trate con ellos cuando Él vuelva abiertamente sobre una nube blanca. Son demasiado tozudos, confían demasiado en sí mismos, son demasiado arrogantes. ¿Cómo puede recompensar Jesús a semejantes degenerados? El regreso de Jesús es una gran salvación para aquellos que son capaces de aceptar la verdad, pero para los que son incapaces de hacerlo es una señal de condenación. Debéis elegir vuestro propio camino y no blasfemar contra el Espíritu Santo ni rechazar la verdad. No debéis ser personas ignorantes y arrogantes, sino alguien que obedece la dirección del Espíritu Santo, que anhela y busca la verdad; sólo así os beneficiaréis. Os aconsejo que andéis con cuidado por el camino de la creencia en Dios. No saquéis conclusiones apresuradas; más aún, no seáis despreocupados y descuidados en vuestra creencia en Dios. Deberíais saber que, como mínimo, los que creen en Dios deben ser humildes y reverenciales. Los que han oído la verdad pero la miran con desdén son insensatos e ignorantes. Los que han oído la verdad, pero sacan conclusiones precipitadas o la condenan a la ligera, están asediados por la arrogancia. Nadie que crea en Jesús es apto para maldecir o condenar a otros. Deberíais ser todos personas con razón y que aceptan la verdad. Quizás, habiendo oído el camino de la verdad y leído la palabra de vida, creas que solo una de cada 10.000 de estas palabras está en sintonía con tus convicciones y con la Biblia, y entonces deberías seguir buscando en esa diezmilésima parte de esas palabras. Sigo aconsejándote que seas humilde, no te confíes demasiado y no te exaltes mucho. Con esta exigua reverencia por Dios en tu corazón, obtendrás mayor luz. Si examinas detenidamente y contemplas repetidamente estas palabras, entenderás si son o no la verdad, y si son o no la vida. Quizás, habiendo leído sólo unas pocas frases, algunas personas condenarán ciegamente estas palabras, diciendo: “Esto no es nada más que algún esclarecimiento del Espíritu Santo”, o “Este es un falso Cristo que ha venido a engañar a la gente”. ¡Los que dicen tales cosas están cegados por la ignorancia! ¡Entiendes demasiado poco de la obra y de la sabiduría de Dios, y te aconsejo que empieces de nuevo desde cero! No debéis condenar ciegamente las palabras expresadas por Dios debido a la aparición de falsos Cristos durante los últimos días ni ser personas que blasfeman contra el Espíritu Santo, porque teméis al engaño. ¿No sería esto una gran lástima? Si, después de mucho examen, sigues creyendo que estas palabras no son la verdad, no son el camino ni la expresión de Dios, entonces serás castigado en última instancia y te quedarás sin bendiciones. Si no puedes aceptar esa verdad hablada de forma tan llana y clara, ¿no eres indigno entonces de la salvación de Dios? ¿No eres alguien que no está suficientemente bendecido como para regresar ante el trono de Dios? ¡Piensa en ello! No seas imprudente e impetuoso, y no trates la creencia en Dios como un juego. Piensa en el bien de tu destino, en el bien de tus perspectivas, en el bien de tu vida, y no juegues contigo mismo. ¿Puedes aceptar estas palabras?

 

Extracto de “En el momento que contemples el cuerpo espiritual de Jesús, Dios ya habrá vuelto a crear el cielo y la tierra”

 

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