¡Oh, Dios! Tus palabras me han devuelto a Ti.
Me entrenaré en Tu reino noche y día.
Tantas pruebas y dolor, tantas tribulaciones.
Muchas veces lloré y sentí aflicción,
y muchas veces en la trampa de Satán caí.
Pero Tú nunca te separaste de mí.
Tú te esfuerzas por Dios,
yo me consagro a Él,
Mi familia me dejó,
el mundo me calumnió.
El camino para seguir a Dios
no es nada fácil.
Dedico mi alma y corazón
a expandir el reino de Dios.
He visto
las estaciones cambiar.