A fin de coaccionar a los cristianos para que traicionen a la iglesia, traicionen a Dios y echen a perder la oportunidad de que Dios los salve, el Partido Comunista de China amenaza sin escrúpulos a los parientes de los cristianos y utiliza las emociones familiares de los cristianos para obligarlos a traicionar a Dios.
A fin de eliminar las creencias religiosas, el Gobierno ateo del Partido Comunista de China suele adoptar medidas de vigilancia sobre los cristianos, tales como la vigilancia policial y los seguimientos, en un intento por barrerlos.