La sabiduría de Dios nunca cambia,
la maravilla de Dios nunca cambia,
la justicia de Dios nunca cambia,
la majestad de Dios nunca cambia,
la sustancia de Dios nunca cambia,
y lo que Él tiene y lo que Él es nunca cambiará.
Y Su obra está avanzando y profundizando;
Dios es siempre nuevo y nunca viejo.