Mucha gente ha creído en Dios a lo largo de los milenios, pero sólo unos pocos han entendido lo que es la verdad y, de entre ellos, los menos han entendido por qué la verdad es capaz de convertirse en nuestras vidas y exactamente qué resultado puede conllevar esto. Por tanto, muchas personas creen en Dios pero no buscan la verdad y, aunque han creído en Dios durante muchos años, sus caracteres vitales no han sufrido ningún cambio en absoluto.