Durante la Era de la Gracia, la obra de Dios fue principalmente para dos tipos de personas. El primer tipo eran los que creían en Él y le seguían, los que podían cumplir Sus mandamientos, cargar la cruz y aferrarse al camino de la Era de la Gracia. Este tipo de persona lograría la bendición de Dios y disfrutaría de Su gracia. El segundo tipo de persona era como Pedro, alguien que podía ser perfeccionado.